In memoriam de todas las mujeres y niños que han perdido la vida o la presencia materna a causa de la violencia de género...
Unos pasos se acercaban de forma rápida por la escalera. Se oía el giro de una llave en la cerradura. Crecía el temblor del miedo…
    Las puertas
de la casa se abrían de forma rápida una tras  otra. Por ellas  entraba 
un viento gélido y  escapaba el
calor de hogar.  Se presagiaba  el fragor de  la violencia...
    Una cadena
de insultos irrumpía  como  un trueno y apagaba el  borboteo del agua que hervía  monótona en la cocina. Se saboreaba  la amargura de la humillación... 
    Una súplica
entrecortada, un grito ahogado, un sollozo infantil…  Eran sonidos que solo escuchaban las paredes
de aquella  casa. Se palpaba el eco del desamparo…               
    Allí, una mujer,
acurrucada en un rincón,  se sentía como
una  paloma a la que le hubieran
cercenado las alas y  embarrado el plumaje.  Se sentía herida  por el silencio punzante  de  la
soledad…
De pronto, una palabra, un eco que no llegó a sus labios, resonó fuerte, en lo más profundo de su ser: ¡No! ¡Nooo!
¡No!, no se resignaría a morir a causa de sus alas rotas. Las palomas también sabían andar, buscarse el sustento en el suelo, convivir en las plazas con otras palomas… Y en ese momento se tiñó el desconsuelo de su alma del color de la esperanza.
    Dos muletas
le sirvieron de impulso para incorporarse: —¡Sí!  ¡Yo! Sí lo hago. Yo puedo… 
    Se pondría a
andar. Se uniría a otras palomas de alas encadenadas y juntas aprenderían 
a romper eslabones y a restañar sus heridas con el bálsamo  de la comprensión y  el apoyo.
    Se iluminaba
el camino de la dignidad. Algún día, no lejano, le volverían a crecer las
alas.  Las desplegaría con fuerza y volaría.  Volaría y volaría…  Porque  allí, al otro lado de su cárcel, estaba el
reino de la  libertad. Y en el reino de la libertad ella sería ciudadana
de la vida.   
© Margarita Álvarez Rodríguez.
Texto leído en el XIV encuentro literario 25N, de Enredadas Vicálvaro 2023, en el Espacio de Igualdad Gloria Fuertes, en el marco del DÍA INTERNACIONAL PARA LA ERRADICACIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO. 25 N 2023
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Esperemos que algún día logremos erradicar entre todos esta terrible lacra.
ResponderEliminarSólo queda decir: ¡Amén!
EliminarLa vida es esperanza y la esperanza nos anima a seguir luchando por la ausencia de miedos, por el respeto, por una convivencia tranquila y pacifica. Seguimos. Gracias Margarita
ResponderEliminarGracias, Fuencisla. ¡Seguimos!
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