Mi 8 de MARZO de 2022 va dedicado a las madres ucranianas que están defendiendo a sus hijos del horror de la guerra.
Es la guerra
El fantasma del miedo avanza por las calles,
se esconde en los refugios,
y se sube en trenes que lo arrastran por el mundo…
Miedo sonoro. Ruidos de muerte.
Miedo que anida en las almas
y penetra en el objetivo de una cámara
desde infiernos de fuego,
miedo que viaja escondido en una maleta
y no puede ver el llanto de los girasoles,
miedo que congela la sonrisa de un niño
y los muchos porqués
que se estrangulan en sus labios.
Miedo. Miedo. Miedo.
Cuerpos insomnes,
caras de dolor,
gestos de rabia,
y almas ansiosas de paz
hacen barreras para contener la barbarie.
Millones de seres desvalidos
son convertidos en números:
de combatientes,
de muertos,
de heridos,
de refugiados…
De seres que solo ansían
días luminosos y noches serenas.
¡Miradlos! Ahí están.
Entre imágenes de desolación,
hay niños con un peluche en las manos,
que miran ansiosos las caras de sus madres,
esas madres
que siempre les regalaron la seguridad del abrazo,
que vigilaron su sueño,
que sirvieron de escudo
ante los males del mundo…
Y sienten miedo,
porque hoy esos ojos,
de miradas rotas,
son ojos que lloran.
Roto su mundo. Roto su futuro. Rota su alma.
La imagen de un niño solo,
con unos números de teléfono
apuntados en la mano,
buscando caminos de paz,
nos taladra la conciencia.
Es el sinsentido. Es la injusticia.
Es la guerra.
8 de MARZO DE 2022, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER