Río Omaña (León). Foto: MAR |
El señor Invierno
aquí va llegando,
con cara de anciano
y cabello blanco.
Se viste con guantes
y gorra de paño,
bufanda de lana
y grueso tabardo.
Y unas buenas botas
que eviten el barro
y que le permitan
andar por los charcos.
Su nariz se enfría,
se le hielan las manos,
y le tiembla el cuerpo
al ir caminando.
Pero, aun aterido,
y con pies cansados
camina sin pausa
como viento alado.
Desnuda los árboles,
que están tiritando,
y cubre los picos
con un manto blanco.
Le gusta la noche,
y allí, agazapado,
cubre con helada
campos y tejados.
Durante tres meses
aparece a diario,
de día y de noche,
y siempre abrigado.
Camina y camina
hasta el mes de marzo,
en que Primavera
ya le sale al paso.
Le quita la gorra,
le quita el tabardo…
¡Se siente desnudo!
¡Y sale pitando!
© Margarita Álvarez Rodríguez
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