Estado de alarma. Día 8
A todas esas manos que están cargadas de vida y esperanza... ¡Gracias!
La primavera ha quedado
prendida de los cristales,
los ojos la atrapan ávidos
por todos los ventanales.
Gente que busca esperanza
teñida de soledades,
gente que busca consuelo
en medio de tantos males.
Allí se viste de blanco
en las camas de hospitales;
allí se viste de negro,
sin besos ni funerales.
Silencios y miedos pueblan
esas salidas fugaces:
por las calles y avenidas
apenas camina nadie.
¡Ah, sí! Aún se ve la
esperanza
que luz en sus manos trae,
manos de trino y aplauso,
que alumbran como fanales.
Manos que extiendan salud,
manos que ayuden y calmen,
manos que levanten sueños,
manos que flores derramen…
Fotos gratuitas: Pixabay.com |
Me ha encantado, Margarita, una vez más gracias por tus palabras que nos ayudan en momentos tan difíciles...que nunca se vayan esas manos de nuestras vidas, por los que se fueron, por los que se irán, por los que quedamos. Gracias por tus "palabras".
ResponderEliminarAhora es lo único que tenemos... Tanto... y tan poco. Gracias. ¡Salud!
EliminarAyuda mucho una mano querida en un momento doloroso y qué doloroso debe ser morir sin una mano querida a tu lado. Preciosa poesía para estos días tan duros. Un abrazo
ResponderEliminarPues sí, la muerte presenta su cara más inhumana. Que no falten unas palabras, una mano... Gracias. ¡Salud!
EliminarMuy bonito, la poesía como resistencia
ResponderEliminarSobre todo, que no falte la palabra. Gracias.
EliminarUn poema que mezcla queja con esperanza. Gracias, Margarita.
ResponderEliminarLuis Arranz
Tu poema es un canto de amor por los que sufren y nos han dejado y a la vez de esperanza. Un abrazo
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