El objetivo de este blog es hablar de las palabras: de su forma, de su significado, de su uso... Y de cómo las palabras son la esencia y, al mismo tiempo, el cauce del pensamiento. De cómo se pueden manipular...
Hace algunas semanas llegó a mis manos un libro titulado Palabras Mayores, del periodista y escritor leonés Emilio Gancedo (editorial Pepitas de Calabaza).
Su título me atrajo de forma especial y, conociendo al autor, suponía que la obra prometía un gran goce de palabras y vivencias. Y lo que prometía lo ha cumplido con creces.
El autor recorrió durante meses todas las comunidades autónomas y, en cada una de ellas, entabló conversación con personas de larga vida, y de ricas y variadas experiencias. Y eso es la esencia del libro: una historia viva y vivida, expresada con palabras mayores.
A partir de mi lectura he escrito una valoración crítica, que incluyo a continuación:
El libro Palabras mayores es una
perfecta fusión de paisaje y paisanaje, a la manera de la intrahistoria
de Unamuno y Azorín… El narrador recuerda también a aquel forastero de La Alcarria de Cela. Un narrador que
sabe escuchar y sirve de cauce para las palabras mayores.
La obra refleja la historia individual y colectiva de España contada por las personas que la han protagonizado, por esos españoles que no aparecen como protagonistas de la historia oficial; por esas personas que en los libros de historia apenas ocupan unas líneas o que se esconden tras una alusión genérica. Pequeñas historias, gran historia.
La obra refleja la historia individual y colectiva de España contada por las personas que la han protagonizado, por esos españoles que no aparecen como protagonistas de la historia oficial; por esas personas que en los libros de historia apenas ocupan unas líneas o que se esconden tras una alusión genérica. Pequeñas historias, gran historia.
Palabras
mayores es un libro de viajes, de múltiples y variados
viajes. Un viaje en el tiempo, un tiempo pasado que consigue hacerse presente.
Un viaje en el espacio, que consigue acercarnos a esa España de vivencias
comunes y al mismo tiempo diversas. Un viaje al interior de las personas que
aparecen en la obra que dejan fluir al exterior la evocación de sus
experiencias vitales a través de la narración y el diálogo. Y también un viaje
al interior del lector actual desde el que surge el respeto, la admiración y el
asombro.
Es un libro de palabras mayores, porque son de personas mayores y porque son palabras que nos transmiten verdad, sabiduría, vida. Son gentes que han vivido en armonía con la naturaleza, aunque esta, con frecuencia, les haya presentado una cara poco amable. Gentes, con poca escolarización, pero con muchas ganas de aprender, que conocen los remedios a muchos males, desde la imaginación, la observación y el sentido común…
Muchos lugares distintos, muchas profesiones, muchos mundos diferentes, distintas lenguas y dialectos y, en cambio, ¡tantos aspectos similares: niños sin infancia, mucho esfuerzo, mucho miedo, muchas privaciones…! Y en esas palabras mayores, unas cuantas palabras menores características de cada lugar, de cada oficio… que le dan más verdad a la obra (un gran acierto). Al lado de ese realismo, a veces dramático, aparece otro realismo que envuelve a los protagonistas y al propio lector: el realismo mágico de la leyenda, de los miedos, de las supersticiones, de los sueños…, porque la realidad plena de cada persona también es eso: alguna dosis de irrealidad.
Entrañables los personajes. Imposible olvidar a esa Ángeles asturiana, o ese Quico hurdano, a ese Progreso… A todos esos hombres que hablan y esas mujeres, casi siempre silenciosas, pero de silencios elocuentes…
Me parece un gran acierto que en cada capítulo se presenten las historias individuales, después de una ambientación general o después de una anécdota inicial que atrapa al lector. También creo que está muy trabajado desde el punto de vista literario, con una sintaxis compleja, léxico variado y abundancia de imágenes muy creativas.
En resumen, es una relación de experiencias individuales, pero de historia colectiva; un libro que nos hace viajar de norte a sur y de este a oeste, por llanuras y montañas, por tierras interiores y tierra costera, que provoca una experiencia triste y, al mismo tiempo gozosa para el lector... En fin, una lectura muy recomendable, pues son Palabras mayores.
Es un libro de palabras mayores, porque son de personas mayores y porque son palabras que nos transmiten verdad, sabiduría, vida. Son gentes que han vivido en armonía con la naturaleza, aunque esta, con frecuencia, les haya presentado una cara poco amable. Gentes, con poca escolarización, pero con muchas ganas de aprender, que conocen los remedios a muchos males, desde la imaginación, la observación y el sentido común…
Muchos lugares distintos, muchas profesiones, muchos mundos diferentes, distintas lenguas y dialectos y, en cambio, ¡tantos aspectos similares: niños sin infancia, mucho esfuerzo, mucho miedo, muchas privaciones…! Y en esas palabras mayores, unas cuantas palabras menores características de cada lugar, de cada oficio… que le dan más verdad a la obra (un gran acierto). Al lado de ese realismo, a veces dramático, aparece otro realismo que envuelve a los protagonistas y al propio lector: el realismo mágico de la leyenda, de los miedos, de las supersticiones, de los sueños…, porque la realidad plena de cada persona también es eso: alguna dosis de irrealidad.
Entrañables los personajes. Imposible olvidar a esa Ángeles asturiana, o ese Quico hurdano, a ese Progreso… A todos esos hombres que hablan y esas mujeres, casi siempre silenciosas, pero de silencios elocuentes…
Me parece un gran acierto que en cada capítulo se presenten las historias individuales, después de una ambientación general o después de una anécdota inicial que atrapa al lector. También creo que está muy trabajado desde el punto de vista literario, con una sintaxis compleja, léxico variado y abundancia de imágenes muy creativas.
En resumen, es una relación de experiencias individuales, pero de historia colectiva; un libro que nos hace viajar de norte a sur y de este a oeste, por llanuras y montañas, por tierras interiores y tierra costera, que provoca una experiencia triste y, al mismo tiempo gozosa para el lector... En fin, una lectura muy recomendable, pues son Palabras mayores.
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