Dedico
este texto el cicerone del viaje, Iván López: antes, mi discípulo; ahora, mi maestro.
Crónica
de un viaje que sigue los pasos del Cid por la taifa de Zaragoza y la conquista
de Valencia, contada a la manera de los versos y tiradas de un cantar de gesta.
Crónica de un viaje cidiano
¡Dios, qué buen
vasallo, si tuviese buen señor. (verso
20)
Ayrólo rey
Alfonso, de tierra echado lo ha. (v. 629)
¡Qué hermoso el sol apuntaba de mayo aquella mañana,
cuando dejamos Madrid para iniciar cabalgada!
De Castilla la gentil
hemos venido acá. (v. 672)
Muy ansiosos de aventura, como las huestes cidianas,
para recordar sus
gestas por taifa zaragozana.
Un buen paladín nos guía y nos recrea la hazaña
que vivió por esas tierras el de la vellida barba.
Entraron a Medina, servíalos Minaya, (v. 1534)
todos fueron alegres del servicio que tomaran (v. 1535)
Parada en Medinaceli, aquí comienza la marcha.
Situada en una colina, que Ocilis era llamada,
una ciudad importante, lugar de culturas varias,
conquistada por un cónsul, por dos reyes fue ganada.
También tumba de Almanzor,
el caudillo de gran fama.
Monumentos señalados: palacio ducal y plaza,
Pasó a Bubierca y a
Teca que está delante (v. 552)
y sobre Alcocer mío
Cid iba a posar. (v. 553)
Siguiendo pasos del Cid, Ateca nos esperaba,
con mudéjar imponente, que deslumbra la mirada.
Iglesia de Santa María, de belleza muy notada,
un retablo muy hermoso: figuras policromadas.
Subimos al campanario, por escalera empinada
y vimos la maravilla de esta torre y atalaya.
Iglesia-fortaleza de la Asunción de Santa María. Ateca |
Por Bubierca y Terrer el
Cid empuñó su espada,
y así consiguió riqueza y fue corriendo su fama.
Vino posar sobre Alcocer
en un tan fuerte logar. (v. 630)
Y las ruinas de Alcocer nos
recuerdan gran batalla
que allí ganó mío Cid seguido de su mesnada.
Mío Cid con esta
ganancia en Alcocer está (v. 623)
Mucho pesa a los de
Teca y a los Terrer no place (v. 625)
y a los Catatayud,
sabed, pesando va. (v. 626)
Con un botín muy granado, el que en buena hora ciñó espada
arriba a Calatayud, la ciudad bilbilitana.
arriba a Calatayud, la ciudad bilbilitana.
A nuestra llegada
vemos una hermosa colegiata
Y San Pedro de los Francos, con una torre inclinada,
una iglesia peculiar, bellamente decorada.
A Zaragoza sus nuevas llegaban
(v. 905)
non place a los moros
firmemente les pesaba. (v. 906)
Grandeza nos encontramos en la ciudad augustana
ciudad que atraviesa el Ebro, muros
que miran sus aguas,
ciudad de dos catedrales que comparten importancia:
son la Seo y el Pilar
que enmarcan hermosa plaza.
La Seo es catedral antigua, que guarda bellezas tantas:
Majestuosa en la plaza
una basílica fue alzada
En el Ebro se reflejan torres y cúpulas altas,
el río sirve de espejo para que miren su cara.
La Aljafería nos lleva a época más lejana,
La Aljafería nos lleva a época más lejana,
Al Muqtadir la construye, rey que al Cid contratara,
para servir en su reino, cuando Castilla dejara.
Patios hermosos esconde que recuerdan a la Alhambra,
Saraqusta guarda restos
de la muralla romana
Allende Teruel don
Rodrigo pasaba. (v. 911)
Y llegamos a Teruel esa ciudad olvidada
patrimonio universal, por la UNESCO señalada,
por bello arte mudéjar, cerámica verde y blanca,
De leyendas medievales sus calles están pobladas,
de amantes que mueren juntos, con manos entrelazadas.
Dos torres nacen parejas, por amores levantadas
Salvador y San
Martín, por su parecido
hermanas.
Una, espigada y recta, y la segunda, inclinada.
Una, espigada y recta, y la segunda, inclinada.
Un torico en su
columna, con estrella incorporada,
Capilla Sixtina dicen que su catedral guarda
un artesonado único
con decoración pintada.
Desde Teruel a
Valencia seguimos ruta cidiana
recordando los lugares donde vivió sus hazañas.
Acerca de
Murviedro tornan tiendas a hincar. (v.
1101)
Se marchó para
Valencia y sobre ella se va a echar (v. 1203)
Cerca de Murviedro el Cid las tiendas plantó
Y una vez tomado el sitio a
Valencia asedió.
Grandes son los gozos que van por ese lugar (v. 1211)
cuando mío Cid ganó
Valencia y entró en la ciudad. (v. 1212)
En la batalla del Cuarte, entre Cuart y Mislata,
Yo estaré en Valencia,
que mucho costado me ha. (v. 1470)
Y fue señor de Valencia, en alcázar asentó,
reunido con la
familia que de Castilla llegó.
Sin embargo, la ciudad
ha borrado lo cidiano
como si solo el rey Jaime la hubiera reconquistado.
Visitamos la ciudad, las huellas de su pasado,
torres, iglesias y lonja… nos quedan como legado.
Salidos son todos
armados por las torres de Quarto (v. 1711)
Las torres del Quart recuerdan castillo napolitano,
ellas son un buen ejemplo del gótico valenciano.
Y también es muy grandiosa la Puerta de los Serranos,
También visitamos lonja, edificio señalado,
inspirada en la de Palma y con similar trazado.
Un edificio señero, Siglo de Oro valenciano,
que nos habla de Valencia como lugar de mercado.
Lonja |
El Marqués de Dos Aguas es conocido palacio,
ricamente decorado con adornos de alabastro.Puerta del Palacio del Marqués Dos Aguas |
Y de allí a la catedral, crisol de estilos varios,
izada sobre mezquita donde hubo
templo romano
y se adorna con pinturas del Cuattrocento italiano.
Por la plaza de la Virgen se encaminan nuestros pasos
en el día de su fiesta, Madre de Desamparados,
Valencia muestra con
gozo balcones engalanados…
Paseamos por sus calles, de su ambiente disfrutamos,
y volveremos algún día
a recordar nuestros pasos.
Y dejamos la ciudad de la que el Cid fue señor
recordando que la muerte
en Valencia le llegó,
en el mil noventa y nueve, cincuenta y cuatro vivió.
Dejado ha este siglo mío Cid de Valencia señor (v. 3726)
el día de
quincuagésima. ¡De Cristo haya perdón! (v.3727)
En la seo de la ciudad
su cuerpo se inhumó.
Su esposa doña Jimena, señora se proclamó,
durante tres años más
la ciudad defendió,
pero en el mil ciento
dos, a Castilla regresó,
Y Valencia al día siguiente a ser árabe volvió,
mas solo tierra quemada el almorávide halló.
Al fin el Cid ya
descansa en tierra que nacer lo vio,
tierra donde es muy
honrado, el que en buena hora nació.
En San Pedro de Cardeña, sus restos se colocaron
hasta que tropas francesas esta tumba profanaron,
de allí llevaron sus huesos en azarosos traslados
hasta que en catedral de Burgos han sido depositadosSepulcro del Cid. Catedral de Burgos |
El rey Alfonso VI, le sobrevivió diez años,
después de muerto el Cid en Uclés fue derrotado.
En la ciudad castellana de rascacielos colgados
Y vayamos al presente, que el Cid no ha sido olvidado,
desde aquel cantar de gesta, siempre muy presente ha estado,
también el séptimo
arte en el Cid se ha
inspirado
Charlton Heston y la Loren, sus caras han encarnado,
del castillo de Belmonte, la imagen nos ha quedado.
Los tiempos no se detienen, pero la historia aún habla.
Gracias, Cícero Madrid, por esta gran cabalgada.
M. Álvarez
Mayo 2018
M. Álvarez
Mayo 2018
Nota: Los versos en cursiva están tomados de la versión modernizada del Cantar de Mío Cid realizada por Gutiérrez Aja, María del Carmen y Riaño Rodríguez, Timoteo, recogida en la Biblioteca Virtual Cervantes
Bonito viaje, preciosa forma de hacernos participes de el y de recordarnos las gestas del Cid, quizás un poco olvidadas. Muchas gracias Margarita.
ResponderEliminarGracias, Fuencisla. Un abrazo
Eliminar