A Luis Arias, presidente del Instituto de Estudios Omañeses, por su entrega a Omaña.
A todos los caminantes que han llamado a la peña por su nombre y a los que lo aprendan en el futuro
|
Estado actual de la Peña de la Fortuna |
Peña que sales al paso
en una vía olvidada,
hoy tapizada de prado
y en otro tiempo empedrada.
Te escondes en El Escobio,
con tu presencia callada
y a todos los que te
encuentran
los sorprendes con tu estampa.
Te vigilan muy celosas
peñas altas y tajadas
y tú, humilde y
silenciosa,
no levantas la mirada.
|
Peñas próximas |
Los salgueros te acompañan
con abanicos de ramas
y escobas vestidas de oro
en primavera galana.
Ahí te han visto los siglos,
fiel guardiana del Omaña,
compañera de sus aguas,
que te alegran mientras cantan.
Has visto pasar la historia
desde la época romana
y la vida de las gentes,
piedra a piedra, desgranada.
|
Estado de la peña de La Fortuna hace varias décadas
|
Llevas nombre de una diosa
que de la suerte se encarga,
de una diosa caprichosa
que la Fortuna se llama.
Los arrieros y pastores
que por la cañada pasan
hacen alto en el camino
y renuevan su esperanza.
Ahí, a la vera del río,
y de una fuente cercana
das descanso al caminante
que su fortuna demanda.
Este te lanza una piedra
que roce suave tu cara
y que bese tus mejillas,
y se quede allí prendada.
|
Así era hace décadas |
Si la piedra permanece
en tu mesa plateada,
le convidas a tu fiesta
y le presagias bonanza.
Pero si la piedra cae,
que tú, esquiva, la rechazas,
le anuncias malos augurios
para el cuerpo o par el alma.
¡Oh peña de La Fortuna,
que te sientes venerada,
recupera antigua fama
de tu leyenda y tu magia!
|
Durante el acto |
Las obras te aprisionaron,
te dejaron enterrada,
sin poder ver a tu gente
y sin oír sus pisadas.
Tu cárcel ha sido abierta,
pues has sido liberada,
para que tu historia aflore
y vuelvas a ser nombrada.
La oscuridad de tu celda
deja tu piel señalada,
pero brillará lustrosa,
cuando la lluvia te caiga.
|
Después de ser desenterrada |
Hoy, limpiado ya el entorno,
volvemos a ver tu planta
y a contemplar con deleite
tu bella caja de plata.
Despierta ya del letargo
y saluda a tus hermanas,
que han sufrido como tú
al quedarse solitarias.
|
Roca próxima similar en aspecto a la Peña de la Fortuna. |
Mira muy bien el paisaje
y contempla el panorama,
hay cosas que apenas cambian
y otras que han dejado marca.
Destapa bien los oídos
para escuchar la tonada
de músicos y poetas
que saben sanar el alma.
Y recobra viejo porte,
tu belleza recatada,
y encandila a las
personas
que tu predicción aguardan.
Que sean buenas anuncias
las que des a la comarca:
¡que sigan vivos sus pueblos
y que siempre VIVA OMAÑA!
|
Estado por el lado del río, a principios de agosto de 2018
|
© Margarita Álvarez Rodríguez
En El Escobio, Trascastro de Luna, Omaña-León, 25 de agosto de 2018
Un poco de historia...
La peña de la Fortuna está situada en El Escobio, a orillas del río Omaña, cerca del puente que está a mitad de camino entre Trascastro de Luna (pueblo de Omaña) y La Garandilla, por donde pasaba la antigua cañada de La Vizana (posible antigua vía romana, de la que se conservan restos). Esta cañada real era parte del camino entre Cangas de Narcea y Astorga o Madrid.
|
Así de acompañada estaba el 25/8/2018 |
Es una peña, que tiene forma de una gran mesa, que salía al paso del viajero, y le enamoraba con la magia de su leyenda. Los caminantes, en muchos casos emigrantes que iban hacia Madrid para buscarse fortuna, cuando divisaban la gran mole cuadrada, tiraban una piedra que debía quedar encima de la roca para que la fortuna les fuera propicia. A su lado había una fuente, por lo que era un buen sitio para descansar de aquel largo viaje que ocupaba nueve jornadas desde Cangas hasta Madrid. Julio Álvarez Rubio, en su libro, Omaña, pueblos, paisajes y paseos relata cómo se realizaba ese viaje y las etapas del mismo.
Cuando se realizó la explanación para la carretera de Riello a La Garandilla, que inicialmente iba a seguir el trazado de la antigua cañada, se modificó el entorno de la Peña de La Fortuna, al rellenar el antiguo camino y esta, que antes se levantaba como una alta mesa, quedó semienterrada a la altura del campar que cubre ahora aquella explanación. Por la parte del río se podía contemplar parte de la peña, que a principios de agosto de 2018 estaba cubierta por la vegetación y maleza.
Nadie se preocupó entonces de que aquel lugar de leyenda y mito se preservase, ni tampoco de poner alguna señalización que indicara la presencia de esa peña y su historia, que está mencionada en diversa bibliografía y todavía en el recuerdo de muchas personas del lugar.
Tampoco se ha señalizado nunca el nombre de El Escobio (topónimo que significa garganta estrecha), ni el hecho de que por ese lugar haya pasado una parte importante de la historia de la comarca desde la época romana.
Saludamos la iniciativa del Instituto de Estudios Omañeses de promover la recuperación de la peña de La Fortuna y que, con la colaboración del Ayuntamiento de Riello y la Junta Vecinal de Trascastro, se haya limpiado su entorno y haya podido volver, en parte, a su aspecto anterior al desaguisado producido por la carretera.
Y felicitamos al IEO por organizar in situ una velada poético-musical para dar a conocer parte de su historia. Velada que resultó un acto especialmente agradable y emotivo por el marco donde se producía, por sus significado y por la belleza de los versos que allí se recitaron y la música interpretada. Colaboraron poetas del Ágora de poesía de León y también otras personas que allí desgranamos nuestros versos. No faltaron las xanas que, saliendo del agua "bendijeron" a la peña, y el hermoso final musical en la voz y guitarra de Isamil9.
Como omañesa, me congratulo de esta iniciativa y doy las gracias al IEO y todos los que han hecho algo por que la recuperación de la Peña de la Fortuna fuera posible.
|
Caminando hacia La Fortuna por El Escobi |
¡Vida y fortuna para Omaña y los omañeses!
|
Placa que se ha colocado en la Peña |
|
Durante la recitación del romance |
|
Regalo que se hizo a los participantes.
Bello marcapáginas |
25 de agosto de 2018
Margarita Álvarez Rodríguez