Has visto pasar las forcas,
las hachas y las azadas
y los gadaños al hombro
de personas esforzadas.
Hoy tus tablas se resienten
por numerosas pisadas
y se inclinan sobre el agua,
que amorosamente abrazas.
Agua que sirve de espejo
para reflejar tu espalda
y que escucha los lamentos
de tu vida lastimada.
Pide manos generosas
que bien te curen las llagas
y pasos de pies enjutos
que quieren darte las gracias.
Sigue abriéndonos caminos
de rutas insospechadas,
haznos descubrir parajes
de belleza inusitada.
Pontón del Molín de las Zancas. Paladín. |