jueves, 29 de noviembre de 2018

Palabras para unas imágenes



  Palabras teñidas de ocaso...





Ocasos aprisionados
por hierros que hieren el día
y se esconden asustados
tras velos de lejanía.

En su huida hacia otras albas
dejan parte del reflejo,
porque se lo roba el agua
y lo convierte en espejo.


En el estanque dorado
dejan los patos su estela,
y en su navegar pausado
van replegando sus velas.


Avanzan muy silenciosas
sombras que beben colores
y soplando, alevosas,
apagan los resplandores.


El día se va tranquilo
de la ciudad bulliciosa
y en el lecho del sigilo
lo acoge noche amorosa.


Y con eMe de mañana
renacerá el colorido,
cuando los rayos de grana
se pongan nuevo vestido.

     Fotos tomadas por MAR, el 28/XI/2018, en el Parque de Valdebernardo, Madrid



sábado, 24 de noviembre de 2018

Alas de mujer, alas de vida

              

             Ser humano y mujer, ni más ni menos.

                Ida Vitale, premio Cervantes 2018
           
     


Unos  pasos  del color de la sombra, 
que rompen  estrellas. 
El sonido de la inquietud.

Un crujido hiriente
de una llave en la cerradura. 
El fragor del miedo. 

Puertas que  se abren al desprecio
y se cierran a las miradas.
El  rayo de  la violencia.

Diluvio de  insultos, 
que ensordecen   los  truenos.
El velo de la oscuridad. 

Una súplica entrecortada, 
un grito ahogado, 
un sollozo infantil… 
El eco del desamparo. 

Una paloma herida 
a la que le han cercenado las alas 
y manchado el plumaje.

Las lágrimas del silencio. 
El  mar del llanto.

Un océano de dolor y  soledad…


¡No!  Una  palabra rotunda 
estalla radiante,   
bálsamo para las heridas 
y beso para el alma.
Es la voz de la resistencia. 

¡No! No volverá a ser  
la violeta pisada  de la insignificancia. 

¡No! No será  el  quejido ahogado
de un corazón encogido. 

¡No! No se resignará a ser un ave
de alas quebradas. 

¡No! 
Bajará a la plaza,  
y andará entre la  gente, 
con pundonor, 
sin vergüenza, 
entre niños y niñas, 
hombres y mujeres… 

Será esa paloma 
que busca el olor del pan 
y el color de  la esperanza. 

Dos muletas aladas serán sus zapatos: 
el sí de la rebeldía, 
el yo del orgullo. 

Oíd. ¡Sí!  ¡Yo!

Palabras perdidas,  
quizá extraviadas en el reino del olvido, 
palabras que hoy saben a  abrazos, 
a abrazos sedosos entretejidos de luz. 

Tejerá  nuevas  alas. 
Alas del color de la dignidad. 

Las desplegará con fuerza, y volará. 
Volará y volará…

Con alas de mujer.

Con vuelo de persona. 

Volará muy alto, a algún lugar 
donde la negrura de los buitres no oscurezca su vuelo.

Y dejará tras sí un halo de luz, 
un dorado   amanecer, 
un sueño  sosegado y luminoso. 

Con alas de mujer… 

Alas  blancas tejidas con los hilos  de la libertad. 

Alas rosas teñidas de amor y justicia. 

Alas violáceas  izadas  contra la  violencia machista.

Rojas, amarillas, verdes... 

¡Alas de vida!

M. Álvarez






Mujeres colocando una bufanda para arropar a todas las mujeres y niños asesinados durante 2018.
Cada uno de ellos tiene un pensamiento y un cartel con su nombre en la plaza de las Mujeres, Distrito de Vicálvaro, Madrid


Jardín de la plaza de las Mujeres. Vicálvaro-Madrid. 25/11/2018


25 de noviembre, Día Internacional para la Erradicación de la violencia contra la Mujer.




Que  tu voz luminosa y potente retumbe por toda la  faz de la tierra
y en la noche del mundo resuenen tu presencia, palabra y VIDA. 

                                      M. Álvarez

Poema relacionado:

Mujeres que claman justicia

sábado, 3 de noviembre de 2018

Danza amarilla

Cuartetas otoñales...

El Escobio, Trascastro (Omaña-León)
Fotos: MAR


En espejo  colorista
luce el paisaje otoñal,
cual pintura impresionista
en museo natural.

Las hojas  verde esperanza
se han vestido de dorado
y alguna, en su mudanza,
se pintó de colorado.



El Escobio. Trascastro de Luna




















Comenzó su danza alada,
en la tierra se han postrado,
y allí su cara,  abrigada,
se olvida del viento airado.

Sollozos acompasados
se funden con nuestros pasos,
de relucientes dorados
con el sol de los ocasos.


Puente viejo,  La Garandilla 





















Llora en silencio el paisaje
y se queda meditando,
las hojas eran su traje
que el viento se va llevando.

Pronto  quedará desnudo,
en un otoño  soñado,
entre pudoroso  y mudo,
por los trinos olvidado.


Paladín. 















El río acoge, amoroso, 
sus ropajes en su seno
y de Omaña, silencioso,
los lleva a lugar ajeno.


Río Omaña. Paladín.














Mientras brumas otoñales
van rezumando poesía
por espacios siderales
grises de melancolía, 

el paisaje, ya aterido,
al invierno abrirá puerta,
que le pondrá su vestido
de naturaleza yerta.

La Utrera


El tiempo marca las vidas,
estaciones van pasando,
y las hojas desprendidas
las horas nos van robando.

Y con la muerte velada 
bailamos todos su danza,
pero la vista, engañada,
no descubre su asechanza.


Paladín 



Las fotos han sido tomadas en los pueblos de la Omaña Baja  (León), los días 2 y 3 de noviembre de 2018.

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La Recolusa de Mar por Margarita Alvarez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.