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miércoles, 1 de noviembre de 2023

Memento

 

A mis padres, que partieron a la morada de lo invisible en  dos  fríos  días de otoño...




El otoño se ensimisma

entre las frondas doradas

aunque lo sacuda el viento,

un ladrón de  hojas aladas.


Esas hojas danzarinas

simulan la vida humana,

una danza invisible

de edades  arrebatadas.


Mi vista se va con ellas

navegando en olas  mágicas

y  las ve cómo naufragan

delante de mis pisadas.


Los árboles se desnudan

y los cubre la nostalgia

con que  tamizan la luz

de  la estación sosegada.


¿Qué tienen estos otoños

que nos seducen y calman

y que  diluyen en ellos

las  amarillas miradas?


Tienen colores de oro

y surtidores de plata,

y su belleza encandila

lo más profundo del alma.


Son horas para el memento

de las personas amadas,

siempre ahí en nuestra memoria,

cual primaveras soñadas.


1 de noviembre de 2023

© Margarita Álvarez Rodríguez





Fotografías: MAR. Parque del Retiro (Madrid) y río Omaña en Paladín (León)

viernes, 22 de septiembre de 2023

Llega don Otoño

 



Desde Paladín mirando a Andarraso y al valle de Samario


            Llega don Otoño

            con luz sosegada

            y acoge la vida

            entre su nostalgia.

            Los días se acortan,

            se serena el alma,

            natura nos  trae

            oro en las  miradas.

            Las hojas aladas

            en las ramas danzan

            y buscan amores

            envueltos en magia.

            Otoño  las viste

            de oro y escarlata,

            y sustenta su vuelo

            en sedosa capa.

            Las mira con mimo,

            las besa con calma

            y con el rocío

            les unge las caras.

            Las hojas se sienten

            por Otoño amadas

            y se van con él

            a buscar su patria.

            Emprenden  camino

            por sendas soñadas

            hasta su destino...

            ¡su querida Omaña!


©Margarita Álvarez Rodríguez

23 de septiembre de 2023

Río Omaña a su paso por Paladín

La Peñona de La Utrera


Carretera entre La Garandilla y La Utrera


Las fotos son de final de octubre de 2022



domingo, 30 de octubre de 2022

Pasos otoñales



Crujen los caminos dorados bajo mis pies y mis pasos avanzan acompasados. A lo lejos se oye el rumor del río y entre la arboleda, que todavía mantiene su manto amarillo, los cantos de los pájaros me regalan  sus notas otoñales.  La  luz tenue  y  amarillenta del otoño me tiñe con un halo de  melancolía.

  Mis sensaciones vagan... De pronto, se elevan  y vuelan buscando cielos coronados de oro  por las copas de los árboles. De pronto, descienden  a ras de tierra y se dejan acariciar por el manto amoroso de las hojas húmedas.

La naturaleza me envuelve, me protege, me seduce, me embelesa...

 Me dejo diluir  en ella. 


Texto y fotos: Margarita Álvarez (MAR).

jueves, 22 de septiembre de 2022

Sabor a nostalgia

             Llega la otoñada

Camino otoñal. En Paladín



Una calma lenta se va adueñando de los caminos. Se respira silencio y soledad. Mientras caminamos por ellos una luz amarillenta tiñe nuestras retinas, que se convierten en espejos de oro.  Un trino otoñal   se oye aún en la arboleda. Es como un eco que ha quedado prendido en el paisaje veraniego y que se resiste a enmudecer.  El viento se cuelga de las ramas, que, transformadas en liras,  comienzan el esperado  concierto de otoño. En este concierto la música  va acompañada de danza, pues  las hojas desprendidas de los árboles  se convierten en  frágiles y etéreas bailarinas, que, en danza armoniosa,  nos producen embeleso. Vestidas de amarillo, juguetean ante nosotros  y nos ungen  el rostro  con lágrimas de melancolía.

A los ríos y arroyos los ha dejado el verano tan escuálidos que pasan casi sigilosos,  porque el agua es apenas un susurro de sed. La sequía nos descubre las intimidades de las piedras y las rocas   asoman sus caras resecas por encima de la superficie entre dorados reflejos. El paisaje parece que se ensimisma, que se esconde tras velos  de melancolía, mientras se despoja poco a poco de sus ropajes, dispuesto a emprender el sueño de invierno.

Río Omaña, a principios de septiembre

Es tiempo de frutos.  Sensaciones voluptuosas nos rodean por doquier. Las patatas se   desnudan ante  nuestros ojos, el olor a nueces envuelve nuestro olfato, el sabor  a manzanas seduce nuestro gusto… Manzanas verdes, amarillas, rojas… Un mundo de tersura y de color. Ramas llenas de fruta  que cabecean hasta el suelo como queriendo postrarse a nuestros pies.  Ante esa naturaleza exuberante  nos sentimos  atrapados  por un mundo mágico que presagió la primavera y anunció el  verano. Aquellos frutos que eran una esperanza primaveral y que se sazonaron con el calor veraniego ahora están entre nuestras manos como el mejor regalo del otoño.

Un nogal con ramas que llegan al suelo. En Paladín

Sabor a hogar, a tardes tranquilas,  a voces apagadas.  La luna y el  sol se hacen carantoñas entre las rubianas  del ocaso teñidas de amorosos colores rojizos. Pronto las chimeneas serán el mejor símbolo de vida y de acogida. Ellas nos indicarán qué casa está abierta.  En la calle, soledad, solo alterada por el ladrido de algún perro. Puertas cerradas, persianas bajadas… De los rosales  cuelgan restos de rosas secas   y, aunque echan de menos esa mano amiga que los retire, siguen aportando  notas de color y de vida. 

Las nubes  blancas  y vaporosas se acercan a nuestras casas  y juegan con nuestra mirada, que las sigue —y las persigue—queriendo seguir su estela por los mundos siderales en busca de  otras primaveras soñadas. Algunos días adoptan tonos grises o negruzcos  y deciden quedarse sobre nuestras cabezas   e impregnarnos con sus lágrimas.

El otoño es  serena belleza, sensaciones de oro. El otoño es sabor a  nostalgia.

Río Omaña, con cara preotoñal

Los días se acortan, las mañanas nos enfrían el rostro, nos protegemos del  frío  y del viento y agradecemos el calor de hogar.  Pero seguimos buscando  esa ventana que nos permita seguir mirando —y admirando— el espléndido paisaje  rural que nos rodea. Ese paisaje de mi pueblo (Paladín, León) y de tantos otros pueblos parecidos de la montaña leonesa o del mundo rural, en general. 

Algunas de esas personas tendrán que ver  ese paisaje otoñal  desde la lejanía. Son somos  aquellas  que  ya han  regresado a su  domicilio habitual de “las afueras” de  su pueblo, afueras extensas  que llegan a León, a Bilbao, a Madrid, a Barcelona… Tal vez a otros países.  Pero, cuando  nuestra ventana física no  refleje esa belleza anhelada, abramos  de par en par  las ventanas del alma… Esas que nos permiten siempre  soñar  y contemplar  lo que está atrapado en los recuerdos y quizá en algunas de estas palabras…

¡Feliz otoñada!



Sabor, color, olor, tersura... de las manzanas

Texto y fotos: Margarita Álvarez Rodríguez

Omaña es una comarca del noroeste de León, enclavada en la Resera Mundial de la Biosfera de los Valles de Omaña y Luna

jueves, 22 de octubre de 2020

Ritmo otoñal

 


  

Llega el otoño

con abanicos,

que  mueven ramas

con mucho ritmo.

 

Las hojas bailan

danzas airosas

y caen raudas,

leves y hermosas.

 

Y ya en el suelo,

son recibidas

por sus hermanas

antes caídas.

 

De color ocre

tiñen caminos

que son espejos

de su destino.

 

¡Ay pobres hojas,

tan sufridoras,

lamen los pies

como las olas!


Hojas de otoño,

fiel añoranza

de los magostos

y las matanzas.









© Texto y fotos: MAR

jueves, 29 de noviembre de 2018

Palabras para unas imágenes



  Palabras teñidas de ocaso...





Ocasos aprisionados
por hierros que hieren el día
y se esconden asustados
tras velos de lejanía.

En su huida hacia otras albas
dejan parte del reflejo,
porque se lo roba el agua
y lo convierte en espejo.


En el estanque dorado
dejan los patos su estela,
y en su navegar pausado
van replegando sus velas.


Avanzan muy silenciosas
sombras que beben colores
y soplando, alevosas,
apagan los resplandores.


El día se va tranquilo
de la ciudad bulliciosa
y en el lecho del sigilo
lo acoge noche amorosa.


Y con eMe de mañana
renacerá el colorido,
cuando los rayos de grana
se pongan nuevo vestido.

     Fotos tomadas por MAR, el 28/XI/2018, en el Parque de Valdebernardo, Madrid



sábado, 3 de noviembre de 2018

Danza amarilla

Cuartetas otoñales...

El Escobio, Trascastro (Omaña-León)
Fotos: MAR


En espejo  colorista
luce el paisaje otoñal,
cual pintura impresionista
en museo natural.

Las hojas  verde esperanza
se han vestido de dorado
y alguna, en su mudanza,
se pintó de colorado.



El Escobio. Trascastro de Luna




















Comenzó su danza alada,
en la tierra se han postrado,
y allí su cara,  abrigada,
se olvida del viento airado.

Sollozos acompasados
se funden con nuestros pasos,
de relucientes dorados
con el sol de los ocasos.


Puente viejo,  La Garandilla 





















Llora en silencio el paisaje
y se queda meditando,
las hojas eran su traje
que el viento se va llevando.

Pronto  quedará desnudo,
en un otoño  soñado,
entre pudoroso  y mudo,
por los trinos olvidado.


Paladín. 















El río acoge, amoroso, 
sus ropajes en su seno
y de Omaña, silencioso,
los lleva a lugar ajeno.


Río Omaña. Paladín.














Mientras brumas otoñales
van rezumando poesía
por espacios siderales
grises de melancolía, 

el paisaje, ya aterido,
al invierno abrirá puerta,
que le pondrá su vestido
de naturaleza yerta.

La Utrera


El tiempo marca las vidas,
estaciones van pasando,
y las hojas desprendidas
las horas nos van robando.

Y con la muerte velada 
bailamos todos su danza,
pero la vista, engañada,
no descubre su asechanza.


Paladín 



Las fotos han sido tomadas en los pueblos de la Omaña Baja  (León), los días 2 y 3 de noviembre de 2018.

Licencia Creative Commons
La Recolusa de Mar por Margarita Alvarez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.