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viernes, 31 de enero de 2020

¿Decir misa o dar misa?



Pinceladas gramaticales


En un artículo anterior me preguntaba si los reyes nos traían regalos o nos echaban regalos, y  de las diferencias de matiz que hay entre ambas expresiones.

Otra expresión verbal, acuñada desde época lejana en nuestro idioma,  y estable en su forma durante siglos, está cambiando en el español actual. Se trata de    decir misa.  Cada vez con más frecuencia, sobre todo  entre la juventud, se oye la expresión dar misa.   



El verbo decir ha sido el usual  en esta expresión coloquial. En niveles más cultos, se deben usar otros verbos, como  celebrar, oficiar… Hasta época reciente, el que asistía a la celebración de la misa, se  decía que iba a misa, que iba a oír misa. El sacerdote decía y el feligrés oía. Todo con su propia lógica.

Misa procede del latín vulgar missa y esta de mittere, que significaba enviar. La misa es un envío hacia Dios, porque recuerda su propia celebración. El DLE (RAE) la define así: Celebración  en que el sacerdote renueva en el altar el sacrificio del cuerpo y de la sangre de Cristo bajo las especies del pan y el vino.

Consultado  de nuevo el diccionario académico, se ve que de las más de treinta variedades de misas o frases hechas que contienen la palabra misa ninguna de ellas va unida al verbo  dar, sí, en cambio, a decir y celebrar. Si se hace la misma consulta con el verbo dar, el número de expresiones es mucho más larga y en ninguna este verbo  va unido al acto de celebrar misa.

La palabra misa ha dado origen a varias expresiones coloquiales. Una de ellas recoge el verbo decir.  Cuando queremos  desestimar con rotundidad lo que otra persona quiere decir, surge la frase: (Por mí) que diga misa. Hay otra expresión que, aunque no recoge el verbo decir, lo lleva ímplicito de forma indirecta, pues cuando se requiere estar en un lugar en silencio y con atención, se recuerda a la gente que hay que estar como en misa.  Para dar algo no se requiere necesariamente silencio, pero sí es necesario  cuando tenemos que oír lo que otra persona nos dice. Y parece que esto que estamos diciendo son argumentos que van a misa, aunque no convenzan a algunas personas. Se dan órdenes, pero se dice misa. Por otro lado, cuando un sacerdote recién ordenado celebra su primera misa, aunque sea solo rezada, se dice que canta misa y al acto se le llama  el cantamisa. Y cantar, evidentemente, tiene más que ver con decir que con dar.


Si  miramos al refranero, vemos que hay muchos refranes que hacen alusión a la misa, algunos en tono jocoso. Todos los que menciono a continuación  aluden al hecho de que la misa se oye o se dice.  Unos visten el altar para que otros digan misa. El que sabe  dice misa. La misa, dígala el cura. Con tanto decir amén la misa no sale bien. Lo primero y principal, oír misa y almorzar. Oye misa y no cuides si el otro tiene camisa. El domingo, oír misa y almorzar y, si hay prisa, deja la misa. El que se levanta tarde ni oye misa ni come carne. Da limosna, oye misa y lo demás tómatelo a risa. En todos estos refranes se alude al hecho de decir misa por parte del sacerdote y a oírla por parte del feligrés. Parece, pues, que la misa nos llega a los oídos, pero no a la bolsa o las manos. 

Es posible que el cambio del verbo decir por el verbo dar sea una contaminación lingüística relacionada   con expresiones repetidas durante la misa: se da la paz, se da la comunión, se da la bendición, se dan las gracias… En Hispanoamérica la expresión “dar la misa” está  mucho más extendida que en España.

Si vamos a misa, preferimos que el oficiante nos la diga, y conviene estar atentos, y no solo oír, sino también escuchar, porque, si no atendemos, solo entenderemos media misa,  y así  no podremos  saber más que de la misa la media. 

¿Decir misa, dar misa? El tiempo dirá si el cambio de verbo va a misa. Mientras tanto, al que le  den la misa, que se la lleve a casa...


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La Recolusa de Mar por Margarita Alvarez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.