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miércoles, 24 de noviembre de 2021

Luz de mujer

 

En La Magdalena (León). Foto: MAR




Una mujer silenciosa

envuelta en  velos de sombra,

se acerca al umbral.

Sus pasos se tambalean.

Su rostro es reflejo    de la soledad

de tantas noches  

que    han robado resplandores  al alba.

Pero su dignidad  sale hoy  a la calle.

Atrás quedan días de soles hurtados,

de  lunas rotas

y  de nubes 

que han derretido esperanzas.

Porque ella es luz…

Y esa luz,  que se estrelló

en el silencio de paredes  oscuras

y se convirtió en un quejido,

hoy vuelve a aflorar a  su rostro.

Es una luz aún temblorosa,

que  van avivando  sus pasos…

La mujer camina…  Y camina…

Y la luz se convierte en fulgor…

Y el fulgor  en llama,

llama poderosa

que  enciende  miradas,

miradas  ansiosas  

que se funden  con  ella.

Y el grupo crece.

Ya resuenan sus voces.

Y  no es canto,  es clamor

que avanza hacia horizontes lejanos…

Hay mujeres, hay  hombres. 

Niños,  niñas.

Desde lejos nos llegan sus   ecos de  vida.

Y el universo se puebla 

de soles y lunas…

Ya no hay velos, no hay sombras...

Y rayos de luz iluminan el mundo.


M. Álvarez Rodríguez

 

25 de noviembre de 2021, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

lunes, 8 de marzo de 2021

Naciste mujer

A todas las mujeres  de España y del mundo que siguen luchando por su dignidad, a las que han muerto persiguiendo una utopía y, sobre todo, a las que ni siquiera han podido tomar la palabra...

Sumando caudales, sembrando primaveras... Foto: MAR
                                     

Naciste mujer,

una fuente de vida

que ha fluido por la intrahistoria  del mundo.

Entregada, silenciosa,

te has arrastrado por cauces estrechos y grises,

que han embarrado tus pies,

sepultado tu rostro,

borrado tus huellas,

apagado tu luz…

¡Que han aprisionado tus alas!

 

Secos ramajes  de muerte

se han interpuesto en tu curso,

pero tú, agua clara,

con energía y  con fe,

derramando semillas y afectos,

has seguido fluyendo.

Y tu   cauce  lo han ampliado  

ríos y arroyos,

que,  generosos,  

te  han entregado sus aguas, 

y  ese torrente  vigoroso

ha ido  chocando 

contra muros   de oprobio,

derribando  pedestales de estatuas

y  abriendo regueros en  áridos siglos de olvido.

Así,  tu caudal, abundante y fecundo,

ha  ido  regando  la faz de  la tierra,

sembrando los días de  soles y lunas,

lavando la historia con chorros de estrellas…

Y, hoy,  con   la brisa del alba,

te llega una  marea  de  voces,

marea que se iza en banderas de sueños

que toman colores del iris:

verdes de  esperanza,

rojos de  pasión,

morados de dignidad…

 

Y  ese   río,  cercano ya al mar, 

sigue fluyendo…


Y tú, mujer, te sientes en él  acompañada,

mezclada, arrastrada,  conducida,

fundida con esas voces  

que son corazones

que palpitan  y cantan.

Y así  confías, y creces,  y luchas,

y avanzas,

y te haces visible…

Y   nacen  primaveras   de vida,

primaveras de mujeres y hombres,

primaveras de igualdad y justicia.

 

Fuentes. Arroyos. Ríos.

Hombres. Mujeres.

Mares… Encuentros…  ¡Personas!


M. Álvarez, 8 de marzo de 2021

Día Internacional de la Mujer, 2021



 

domingo, 14 de febrero de 2021

Amor de hombre y amor de mujer


 Dicen que el 14 de febrero es el Día de los enamorados… Y todo porque en el año 270 d. C.  moría decapitado un santo que, desoyendo la prohibición  del emperador Claudio II que prohibía a sus soldados casarse, para que fueran más osados en la guerra, casaba a escondidas a las parejas de jóvenes.  En algunos países en tal fecha se celebra el Día del  Amor y la Amistad.




La rosa y el clavel  rojo son símbolos del amor apasionado.Foto gratuita: Pixabay. com


Sonetos de amor apasionado


El tema del amor es, sin duda, el que más versos ha inspirado en la literatura universal. El  amor ha sido abarcado en todos sus matices: pasión, desengaño, idealización, dolor, nostalgia… Muchos de esos poemas han usado como marco métrico el soneto. En esa estrofa expresaron sus vivencias amorosas nuestros grandes poetas clásicos, especialmente Garcilaso de la Vega, Lope de Vega y Quevedo.

Casi siempre, en literatura, el amor ha sido presentado por boca masculina, especialmente el  sentimiento del amor apasionado, que parece vedado para las mujeres. Desde nuestros clásicos de los siglos XVI y XVII, la literatura española ha creado bellísimos sonetos de amor para expresar la pasión amorosa.


En voz de hombre


En este día vamos a recordar un soneto de amor de cada uno de los tres poetas. Comenzamos por Garcilaso de la Vega


Soneto V


Escrito está en  el alma vuestro gesto,

Y cuanto yo escribir de vos deseo;

Vos sola lo escribisteis, yo lo leo

tan solo, que aun de vos me guardo en esto.


En esto estoy y estaré siempre puesto;

que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,

de tanto bien lo que no entiendo creo,

tomando ya la fe por presupuesto.


Yo no nací sino para quereros;

mi alma os ha cortado a su medida;

por hábito del alma misma yo os quiero.


Cuanto tengo confieso yo deberos;

por vos nací, por vos tengo la vida,

por vos he de morir, y por vos muero.


...............................    

 

La pasión amorosa provoca los efectos más diversos y contradictorios… De ello habla el siguiente poema de Lope de Vega.


Varios efectos del amor


Desmayarse, atreverse, estar furioso,

áspero, tierno, liberal, esquivo, 

alentado, mortal, difunto, vivo, 

leal, traidor, cobarde, animoso,


no hallar, fuera del bien, centro y reposo,

mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,

enojado, valiente, fugitivo,

satisfecho, ofendido, receloso.


Huir el rostro al claro desengaño,

beber veneno por licor suave,

olvidar el provecho, amar el daño;


creer que un cielo en un infierno cabe,

dar la vida y el alma a un desengaño:

esto es amor. Quien lo probó lo sabe.


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El amor era para Quevedo una pasión tan fuerte que crea y que destruye, que es paradójica porque hace vivir y morir al mismo tiempo, porque es fuego y es hielo, un fuego que, aunque destruye,  hace pervivir el amor en las cenizas: …serán ceniza, mas tendrán sentido/polvo serán, más polvo enamorado, decían los últimos versos de uno de sus más grandes poemas de amor.


Es hielo abrasador


Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.


Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.


 Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo;
enfermedad que crece si es curada.


Este es el niño Amor, este es su abismo.
¡Mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!

  

 

En la literatura contemporánea se han escrito maravillosos sonetos de amor.  Son muy conocidos    los textos  de García Lorca, Pablo Neruda, Miguel Hernández, Borges…  Y tantos otros. Pero, casi siempre, el amor apasionado presentado  en voz masculina. 


La flor del almendro  se considera símbolo del amor que supera todo, incluso la muerte.
Existen muchas leyendas sobre esta flor, una  de ellas la relaciona con un milagro de san Valentín.
Foto: MAR


En voz  de mujer


Pero  ha habido mujeres  poetas, que han escrito también  hermosos y apasionados sonetos de amor. Vamos a recordar algunos de esos sonetos. Los dos primeros de dos poetas románticas del siglo XIX,  Carolina Coronado y  Gertrudis Gómez de Avellaneda. Y los otros dos de poetas del siglo XX.


¡Oh, cuál te adoro!

Carolina Coronado


¡Oh, cuál te adoro! Con la luz del día

tu nombre invoco, apasionada y triste,

y cuando el cielo en sombras se reviste,

aún te llama exaltada el alma mía.


Tú eres el tiempo que mis horas guía,

tú eres la idea que a mi mente asiste,

porque en ti se encuentra cuanto existe,

mi pasión, mi esperanza, mi poesía.


No hay canto que igualar pueda a tu acento

cuando mi amor me cuentas y deliras

revelando la fe de tu contento;


tiemblo a tu voz y tiemblo si me miras,

y quisiera exhalar mi último aliento

abrasada en el aire que respiras.

 

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Imitando una oda de Safo


Gertrudis Gómez de Avellaneda


¡Feliz quien junto a ti por ti suspira!

¡Quien oye el eco de tu voz sonora!

¡Quien el halago de tu risa adora

y el blando aroma de tu aliento aspira!


Ventura tanta –que envidioso admira

querubín que en el empíreo mora!

El alma turba, el corazón devora

y el torpe acento, al expresarla, espira.


Ante mis ojos desaparece el mundo,

y por mis venas circular ligero

el fuego siento del amor profundo.


Trémula, en vano resistirte quiero…

De ardiente llanto mi mejilla inundo

¡delirio, gozo, te bendigo y muero!


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 Un soneto en alejandrinos de la poeta uruguaya Juana de Ibarbourou, que nos acerca la sensualidad  amorosa en relación con las sensaciones  de la primavera.


Amor


El amor es fragante como un ramo de rosas.

Amando, se poseen todas las primaveras.

Eros trae en su aljaba las flores olorosas

de todas las umbrías y todas las praderas.


Cuando viene a mi lecho trae aroma de esteros,

de salvajes corolas  y tréboles jugosos.

¡Efluvios ardorosos de nidos de jilgueros,

ocultos en los gajos de los ciebos frondosos!


¡Toda mi joven carne se impregna de esa esencia!

Perfume de floridas  y agrestes primaveras

queda en mi piel morena de ardiente transparencia


perfumes de retamas, de lirios y glacinias.

Amor llega a mi lecho cruzando largas eras

Y unge mi piel de frescas esencias campesinas.


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Y otro soneto de una poeta poco conocida, Lucrecia San Antonio Nieto (Madrid, 1911-2003), que no habla de la eternidad del amor pasional.


Soneto pasional


Entregarse al amor toda la vida

hacer de la amistad un culto honrado

esperar, y esperar lo inesperado,

como Norte, la Meta presentida.

Ver alejarse a la ilusión perdida

y si el sueño de amor, se vio truncado,

volver a amar de nuevo renovado

el dulce afán, sin freno ni medida.

Y si la muerte al fin llama a la puerta,

no llorar ni poner el gesto triste;

poder decir a Dios  ¡Señor me diste

un  corazón que sangra en llaga abierta!

Te lo vuelvo a traer. ¡No lo perdiste!

¡Déjame amar hasta después de muerta!


Poema tomado del libro Versos con faldas, editorial Torremozas.


El fuego es uno de los símbolos del amor apasionado que más usa la poesía.
Foto: Pixabay. com



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La Recolusa de Mar por Margarita Alvarez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.