A todas las mujeres de España y del mundo que siguen luchando por su dignidad, a las que han muerto persiguiendo una utopía y, sobre todo, a las que ni siquiera han podido tomar la palabra...
Sumando caudales, sembrando primaveras... Foto: MAR |
Naciste mujer,
una fuente de vida
que ha fluido por la intrahistoria del mundo.
Entregada, silenciosa,
te has arrastrado por cauces estrechos y grises,
que han embarrado tus pies,
sepultado tu rostro,
borrado tus huellas,
apagado tu luz…
¡Que han aprisionado tus alas!
Secos ramajes
de muerte
se han interpuesto en tu curso,
pero tú, agua clara,
con energía y con fe,
derramando semillas y afectos,
has seguido fluyendo.
Y tu cauce lo han ampliado
ríos y arroyos,
que, generosos,
te han entregado sus aguas,
y ese
torrente vigoroso
ha ido chocando
contra muros de oprobio,
derribando pedestales
de estatuas
y abriendo
regueros en áridos siglos de olvido.
Así, tu
caudal, abundante y fecundo,
ha ido regando la faz de la tierra,
sembrando los días de soles y lunas,
lavando la historia con chorros de estrellas…
Y, hoy, con la brisa del alba,
te llega una marea de voces,
marea que se iza en banderas de sueños
que toman colores del iris:
verdes de esperanza,
rojos de pasión,
morados de dignidad…
Y ese río, cercano ya al mar,
sigue fluyendo…
Y tú, mujer, te sientes en él acompañada,
mezclada, arrastrada, conducida,
fundida con esas voces
que son corazones
que palpitan y
cantan.
Y así confías, y creces, y luchas,
y avanzas,
y te haces visible…
Y nacen
primaveras de vida,
primaveras de mujeres y hombres,
primaveras de igualdad y justicia.
Fuentes. Arroyos. Ríos.
Hombres. Mujeres.
Mares… Encuentros… ¡Personas!
M. Álvarez, 8 de marzo de 2021
Día Internacional de la Mujer, 2021 |
Gracias, Margarita, por regalarnos tus palabras.
ResponderEliminarGracias a ti, por leer y dejar tucomentario.
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