En La Magdalena (León). Foto: MAR |
Una mujer silenciosa
envuelta en velos de sombra,
se acerca al umbral.
Sus pasos se tambalean.
Su rostro es reflejo de la soledad
de tantas noches
que han robado resplandores al alba.
Pero su dignidad sale hoy a la calle.
Atrás quedan días de soles hurtados,
de lunas rotas
y de nubes
que han derretido esperanzas.
Porque ella es luz…
Y esa luz, que se estrelló
en el silencio de paredes oscuras
y se convirtió en un quejido,
hoy vuelve a aflorar a su rostro.
Es una luz aún temblorosa,
que van avivando sus pasos…
La mujer camina… Y camina…
Y la luz se convierte en fulgor…
Y el fulgor en llama,
llama poderosa
que enciende miradas,
miradas ansiosas
que se funden con ella.
Y el grupo crece.
Ya resuenan sus voces.
Y no es canto, es clamor
que avanza hacia horizontes lejanos…
Hay mujeres, hay hombres.
Niños, niñas.
Desde lejos nos llegan sus ecos de vida.
Y el universo se puebla
de soles y lunas…
Ya no hay velos, no hay sombras...
Y rayos de luz iluminan el mundo.
M. Álvarez Rodríguez
25 de noviembre de 2021, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Una hermosa manera de reivindicar luz y libertad para la mujer y para el mundo entero
ResponderEliminarLuz y libertad. Es oes todo. Gracias, Paco.
EliminarMuy bonito. Ya no hay velos, no hay sombras... Algun dia será verdad.
ResponderEliminarHay que seguir caminando hacia esa luz. Gracias, Fuencisla.
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