Pinceladas gramaticales
La lengua está en un proceso de evolución permanente. Los cambios van modificando los
idiomas y creando variaciones que, a la
larga, derivan en dialectos o en otras lenguas. Un uso que se
generaliza en un momento determinado puede terminar convirtiéndose en algo permanente o ser una moda pasajera que más tarde
desaparece. Eso ocurrió hace años con el anglicismo blue jeans, para referirse a los
pantalones vaqueros. Incluso la RAE lo introdujo en el Diccionario en la forma jean. Cuando parecía que esa palabra se
iba a incorporar al idioma de manera generalizada fue sustituida por el término
pantalones vaqueros y,
posteriormente, por el adjetivo nominalizado vaqueros, que ha sido, finalmente, la forma que ganó la batalla.
Eso no significa que cuando estamos
observando los primeros pasos de algunos
de esos cambios lingüísticos las formas
resultantes no nos resulten chocantes. Este hecho me lleva a comentar aquí la sustitución de verbos que se está
produciendo en una expresión que, desde hace mucho tiempo, tenía su forma
consolidada en el idioma: traer(me) algo
los Reyes. En el mundo urbano la expresión “me lo han traído los Reyes”, se
sustituye. de forma cada vez más frecuente, por me lo han echado los Reyes. Y
no tienen el mismo significado
denotativo ni connotativo uno y otro verbo.
Traer es conducir algo al lugar donde se habla. Echar es
despedir de sí algo, hacer que
algo vaya a parar a alguna parte dándole impulso. Los Reyes nos traían un
regalo, porque venían con el presente hacia nosotros, haciendo un largo camino
desde Oriente. Y desde el punto de vista subjetivo, el que alguien nos traiga algo,
cuando va a un lugar, tiene un valor afectivo. Los Reyes nos
traen regalos porque son seres que piensan en nosotros y se esfuerzan por
agradarnos. Por otro lado, si nosotros pedimos regalos parece la respuesta lógica a pedir es dar o traer. Ahora solo nos echan el regalo (¿en el zapato?). Nos lo arrojan,
no sabemos si desde cerca o desde lejos, como si fuera un movimiento
rápido y mecánico, como si fueran meros repartidores de paquetería. Quizá como un comportamiento propio de una
sociedad de consumo y de prisas. Tal vez sea porque estos reyes modernos también compran en Amazon.
El verbo echar siempre ha tenido amplio uso en nuestro idioma: echar agua a una planta, echar
gasolina al coche, echar sal en la comida, echar jabón en la lavadora, echar de
comer a un animal, echar a un alumno de clase… Echar de comer aparte... Ya va bien servido, no es necesario que ampliemos más su significado.
Pero parece que este verbo puede, efectivamente, terminar echando al verbo traer, de esa costumbre tan arraigada en España de regalar algo por Reyes, pues
en el mundo urbano y entre la juventud la preferencia por la forma moderna echar algo los Reyes es clara. A mí,
personalmente, me gusta mucho más la idea de que alguien, (un familiar, un
amigo, los Reyes…) me traiga algo de un lugar, que me lo entregue y que, a ser posible, lo
deposite en mis manos… Que le pueda dar
las gracias. Me parece que tiene un componente más humano.
Una, que es tradicional, tiene sus preferencias… Y, en cualquier caso, para echar regalos primero hay que traerlos, ¿o no?
(La tarjeta que ilustra el artículo es diseño de mi antiguo alumno, hoy amigo, Raúl de Diego).
Muy bueno. Ya te contaré una faena que me paso en Lima hace muchos años
ResponderEliminarCARLOS JUNQUERA
Gracias, Carlos. Hasta les podemos permitir a los Reyes que nos "echen"regalos, siempre que no nos echen de comer aparte...
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