Confluencia del río Valdesamario con el Omaña. MAR |
Tradicionalmente se ha
buscado la etimología de Omaña en las
palabras humus manium: tierra de dioses
(los manes eran los dioses de cada familia) o en homus manium: hombres dioses (manes o dioses infernales). Dos
etimologías que se relacionaban con la supuesta fuerte resistencia que
opusieron a los romanos los pobladores de la zona. La explicación está bien
como un mito curioso que refuerza el orgullo omañés, pero parece más bien una
leyenda que tiene que ver poco con la realidad.
Otra teoría busca el
origen de la palabra Omaña con la voz
latina humania, relacionada con el
hecho de que existía una población muy diseminada y que, desde antiguo, ha ocupado muchos núcleos
de población y muy dispersos. Desde los castros prerromanos, de los cuales aún
se conservan varios vestigios en distintos pueblos de la comarca (incluso hay núcleos de población con el nombre de El Castro –Valdesamario-, Castro de la Lomba y Trascastro de Luna), hasta la configuración
actual, los pueblos de Omaña han sido siempre pequeñas aldeas dispersas, asentadas en valles y o en pequeñas lomas. Con ser esta una explicación más
lógica que la anterior, hay una tercera explicación que parece la más acertada.
Esa tercera explicación estaría basada
en el hecho de que Omaña es tierra de agua y posiblemente primero existió el
nombre del río y después el nombre de su cuenca, que, a su vez, da nombre a la
comarca. Teniendo esto en cuenta, comparto la tesis de otros autores que relacionan su
origen etimológico con el agua.
Lo más probable es que Omaña surgiera a partir de las palabras latinas aqua mania (o tal vez aqua magna: agua grande), la primera palabra relacionada con agua y la segunda,
con río. De ahí, se pasaría por evolución fonética a omano/humano y, ya en
romance, a Omania. De esta palabra
procedería el nombre actual. Avala también esta explicación el hecho de que hay
más palabras relacionadas con el río y el agua que llevan el mismo lexema. Es el caso de los pueblos
llamados Omañón, por nombre
de río o de fuente, y La Omañuela. Y
otro argumento, no menos significativo, lo aporta también el nombre del pueblo de Las Omañas. Suele considerarse que está
fuera de la comarca de Omaña (aunque no por todos los geógrafos), pero es un
pueblo de la misma cuenca. Las Omañas usa un plural que puede estar relacionado
con el hecho de que aguas abajo de este pueblo se juntan dos ríos –dos omañas-
el río Luna y el río Omaña, para formar el Órbigo.
Puente sobre río Omaña en carretera Astorga-Pandorado. MAR |
El río Omaña en distintos
documentos y mapas aparece, a veces, con el nombre de Órbigo, y es probable que también este nombre esté relacionado con agua, pues procedería, según
el lingüista Bascuas, de un lexema hidronímico paleoeuropeo, derivado de la raíz indoeuropea er-, moverse. Otros lingüistas lo
relacionan con una voz ibérica vasca que significaría “dos ríos”. En cualquier caso
sería el nombre de otro río relacionado con el agua, aunque con etimología no
latina. Y es muy frecuente que elementos de la
toponimia tengan su origen en el agua, según la tesis del P. Martino, por lo
que buscarle a Omaña un origen hidronímico parece lo más sensato, mientras no
se pueda aportar una teoría más creíble.
(Parte de lo escrito está
recogido en mi libro El habla tradicional
de la Omaña Baja, editorial Lobo Sapiens) .
Al hilo de lo expuesto van las cuartetas de romance que siguen:
Pozo del Piélago, río Omaña, en Trascastro de Luna. MAR |
Me llamo Omaña, me llamo agua
Porque aguas abundantes
me regalaron los cielos
no entiendo bien la
manía
de bajarme a los infiernos.
Dejad en paz a los
manes
y a los hombres
endiosados
que no hay origen más bello
que del agua haber manado.
De agua procede mi nombre,
de agua que forma
ríos
y tiñe verdes de vida
los valles y el caserío.
De aguas muy cristalinas
que bien reflejan el
cielo
y acogen verdes y azules,
abrazados en su
seno.
Por mi tierra corren ríos
por valles y por vallinas
que entonan bellas canciones
con sus aguas saltarinas.
Otros pueblos me recuerdan,
pues en ellos soy nombrada:
Omañón y La Omañuela,
que también se llaman agua.
Y por si quedaba duda,
al iniciar la ribera,
las Omañas también hablan
de unos ríos que se mezclan.
Y orgullosa yo me siento
de aguas tan frescas y finas,
ellas son mi fiel
espejo
y la razón de mi vida.
Por eso Omaña me llamo,
aqua mania fui parida,
y de las aguas del río
nací fresca y tan
guapina.
Omañeses, presumid
de los ríos que me riegan
y llevan vuestros
sentires
hasta el confín de la tierra.
Os abraza,
Omaña
Omaña
Río Omaña, en Paladín. MAR |
© M. Álvarez Rodríguez
Coincido contigo, Omaña es agua y el agua es vida, por eso nunca moriremos aunque se empeñen en hacernos difícil la supervivencia.
ResponderEliminarDesde luego podemos dudar de otras cosas, pero de que Omaña es agua no, porque vayamos los ríos, fuentes y arroyos, a pesar de la sequía, siguen saliendo a nuestro paso... Pasarán las gentes, pero ahí seguirá el paisaje, salvo que tiempos o personas desalmadas acaben con él. Agua, agua, agua.
EliminarExcelente
ResponderEliminarCarlos junquera
Gracias, Carlos. Un abrazo.
EliminarYo no tengo nada que ver con esas tierras, pero me ha gustado leerlo, y el poema, como siempre, muy bonito. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarMe encantan las buenas explicaciones de los topónimos por que nos llevan a otros tiempos y otras lenguas.
ResponderEliminarPues sí los topónimos dicen mucho de las personas que vivieron sobre la tierra y de la tierra misma. Gracias.
EliminarOmaña en sí tiene sonoridad vasca. Órbigo, después de leerte también resuena,
ResponderEliminarOr -Ur -Agua.
Bi -Bi -Dos.
Go -ko -De.
De dos aguas...
Hermoso...
En su momento se me pasó contestarte, Gentzane. Gracias por esa explicación que nos aportas basada en el euskera. Sea o no vasco el origen, desde luego está relacionado con agua. Agua, agua, agua...
Eliminar