viernes, 2 de octubre de 2020

Las dos caras de un puente


 

Forzados a convivir

Un  puente, una obra de ingeniería para poder salvar un obstáculo entre dos puntos.  Una obra de proporciones y equilibrios. Una obra útil.
  

Una construcción que suele dejar a su espalda una naturaleza agredida, mutilada,  mortecina, invisible… Tal vez un hermoso  río que apenas podemos contemplar si no nos asomamos para ver el puente reflejado en su espejo.

  Pilares   de cemento sustentan la obra imponente. Son los árboles del progreso.  Árboles redondos, uniformes, estáticos. Árboles de ramas grisáceas que a modo de vigas  se extienden de forma horizontal y simétrica. Árboles  que no pueden ver  el cielo y que han vestido de gris    el verde luminoso de la vega...

 

Por sus pies pasan rutas de senderismo

Esos  árboles extraños  conviven con nuestros árboles, árboles vivos, árboles esbeltos de corteza rugosa, que se bambolean al ritmo del viento, que se desnudan en invierno y se visten de distintos colores a lo largo  del año. Árboles que  estiran su cabeza para atrapar una nube, una estrella... Para dejarse acariciar por un rayo de sol.


Por debajo del puente siguen pasando  las  presas de riego
 

A los pies de ambos,  un río, una presa de riego, un cancillón, una sebe... Un prado rebosante de verdor.  Símbolos de la historia que avanza frente a símbolos de la vida cíclica que  permanece.

 

Un cancillón 

Por encima del puente, el color del asfalto, las rayas blancas,  el ruido de los vehículos…  Algún viandante solitario. La civilización. Los caminos abiertos del presente y del futuro...  



Por debajo, una naturaleza que, orgullosa,   trata de recuperar espacio asomándose el asfalto y tratando de apresarlo  con  su sombra. Una naturaleza que no se rinde. Una naturaleza que también es futuro.

Por debajo, la naturaleza; por encima, el progreso. Progreso y  medioambiente. Y la ciencia de conseguir un adecuado equilibrio entre ambos.

 


Un cierro (sebe) recuerda el uso tradicional del prado.


Texto y fotos: Margarita Álvarez (MAR).

Puente de la Vega, en la carretera  LE-451, Astorga-Pandorado , en el término de Paladín. Ayuntamiento de Valdesamario (León).

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La Recolusa de Mar por Margarita Alvarez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.