Forzados a convivir |
Una construcción que suele dejar a su espalda una naturaleza agredida, mutilada, mortecina, invisible… Tal vez un hermoso río que apenas podemos contemplar si no nos asomamos para ver el puente reflejado en su espejo.
Por sus pies pasan rutas de senderismo |
Por debajo del puente siguen pasando las presas de riego |
A los pies de ambos, un río, una presa de riego, un cancillón, una sebe... Un prado rebosante de verdor. Símbolos de la historia que avanza frente a
símbolos de la vida cíclica que
permanece.
Un cancillón |
Por encima del puente, el color del asfalto, las rayas blancas, el ruido de los vehículos… Algún viandante solitario. La civilización. Los caminos abiertos del presente y del futuro...
Por debajo, una naturaleza que,
orgullosa, trata de recuperar espacio asomándose el
asfalto y tratando de apresarlo con su sombra. Una naturaleza que no se rinde. Una
naturaleza que también es futuro.
Por debajo, la naturaleza; por encima, el progreso. Progreso y medioambiente. Y la ciencia de conseguir un adecuado equilibrio entre ambos.
Un cierro (sebe) recuerda el uso tradicional del prado. |
Texto y fotos: Margarita Álvarez (MAR).
Puente de la Vega, en la carretera LE-451, Astorga-Pandorado , en el término de Paladín. Ayuntamiento de Valdesamario (León).
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