A tantas madres y abuelas campesinas que han pasado por la historia de manera silenciada y silenciosa...
Sobre la inmensa humanidad silenciosa se levantan los que
meten bulla en la historia. Esa vida intrahistórica, silenciosa… Unamuno
Muy esforzadas mujeres
han vivido en nuestros pueblos,
pero su vida afanosa,
en la historia, es el silencio…
Madre y mujer campesina,
tenemos deuda contigo,
así que hablar hoy de ti,
no puede seguir “prohibido”.
Muy temprano de mañana
comienzas larga jornada,
cuando no ha salido el sol
y la luna aún
acompaña.
Hora a hora, día a día,
cual abeja en el panal,
vas entregando esa vida
que en la historia nunca está.
Lavas la ropa, la zurces,
remiendas con profusión,
hilas, tiñes, haces punto,
y hasta bordas un festón.
Amasas tu pan en casa,
también haces la matanza
y elaboras mantequilla
con la leche de las
vacas.
Si hay que trabajar el campo,
no encontramos distinción,
tu trabajo de mujer
se asemeja al del
varón.
Tus manos cogen azadas,
arado y forca, la
hoz,
recogen hierba y centeno,
con esfuerzo y con sudor.
Con los fréjoles y
berzas,
las habas y los garbanzos,
unos huesos y tocino,
llenas la pota y el papo.
Cocinas ricos cachelos,
con sebo y con pimentón
que nos comemos conformes,
aunque falte la ración.
Educas a los rapaces
en la rectitud moral
y dedicas al anciano,
un cuidado maternal.
Tu jornada no se acaba,
aunque ya se vaya el sol,
sale de nuevo la luna
y te encuentra en filandón.
Con rezos y
letanías
manifiestas devoción,
y con cantos y con bailes
transmites la tradición.
Gracias, mujer campesina,
sin tu trabajo y tu afán,
no habría llegado hasta hoy,
nuestra cultura rural.
Gratitud de hijos y nietos,
por tu amor y tus desvelos,
nadie te preguntó nunca
por tus problemas y anhelos.
Hoy queremos que tu imagen,
salga ya de la intrahistoria
por eso hablamos de ti
contribuyendo a tu gloria.
© Margarita Álvarez Rodríguez
Días, Meses, Años, Siglos: ¡Vida de la Mujer Trabajadora!
Artículo relacionado:
Homenaje a la mujer campesina
Artículo relacionado:
Homenaje a la mujer campesina
Hermosas coplas Margarita, a mi me traen tantos recuerdos y alegria, que al mimso tiempo no se que hacer con esta melancolia que siento. Sigue dandome alefrias de estas.... Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Antonio. Son merecedoras de nuestra gratitud. Sentir melancolía es algo muy humano, nos devuelve a otra época, tal vez a nuestra infancia, y nuestra infancia ha marcado nuestra vida. Un abrazo.
ResponderEliminarPreciosa versión poética de nuestra dura realidad, tan poco reconocida ni siquiera por las propias mujeres.
ResponderEliminarDesde luego esas mujeres pasaron por la vida en silencio, pero sí fueron conscientes de que querían otra cosa para sus hijas, por eso prescindieron de nuestra ayuda para que pudiéramos estudiar y aprender a ser libres. Nunca se lo agradeceremos lo suficiente. Gracias, Luis.
EliminarMe encanta el relato que dedicas homenajeando a las mujeres de nuestra tierra, ya que estas dedicaron su vida en total silencio a su familia,y en muchos casos hacían de mujer y hombre de la casa ;atendían con todo cariño a los pequeños y mayores, y luego a las faenas cotidianas del trabajo.Siento un gran respeto por ellas, ya que los que nos criamos en nuestros pueblos, todo esto que aportas en el escrito, nos toca muy de cerca.
ResponderEliminarGracias Margarita, por recordarnos de esta forma , pasajes de nuestra vida.
UN SALUDO MUY GRANDE.
Gracias, Aureliano. Seguro que tenemos vivencias similares y mucho respeto y admiración hacia nuestras madres y abuelas
EliminarExcelente y emotivo recuerdo. Gracias.
ResponderEliminarGracias Margarita, renuevas la tradición y mantienes nuestros espíritus siempre libres y alerta!
ResponderEliminar