La intolerancia se cura con la lectura...
El que lee mucho y anda mucho ve mucho y sabe mucho. El Quijote, II, 25.
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos, con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra se puede y se debe aventurar la vida. El Quijote, II, 58
Cervantes es uno de los escritores que más elogios ha dedicado a Cataluña y a los catalanes.
Ilustración de Mingote en la edición de Martín de Riquer. El Quijote |
La única ciudad que visitan Don Quijote y Sancho es Barcelona.
Varias de las últimas aventuras de su tercera salida ocurren en Barcelona, episodios que ocupan seis capítulos de la segunda parte. En Barcelona les honra Roque Guinart, personaje inspirado en un bandolero catalán, Perot Roca Guinarda; allí ocurre la aventura de la cabeza encantada; allí visitan la imprenta donde se están corrigiendo las pruebas de la 2ª parte del Quijote falso (el de Avellaneda). En esta ciudad se relaciona con gente noble, entre ellos, el virrey.
Varias de las últimas aventuras de su tercera salida ocurren en Barcelona, episodios que ocupan seis capítulos de la segunda parte. En Barcelona les honra Roque Guinart, personaje inspirado en un bandolero catalán, Perot Roca Guinarda; allí ocurre la aventura de la cabeza encantada; allí visitan la imprenta donde se están corrigiendo las pruebas de la 2ª parte del Quijote falso (el de Avellaneda). En esta ciudad se relaciona con gente noble, entre ellos, el virrey.
A Barcelona le
dedica este hermoso elogio:
Barcelona, archivo de la
cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los
valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades,
y en sitio y en belleza, única. Y aunque los sucesos que en ella me han
sucedido no son de mucho gusto, sino de mucha pesadumbre, los llevó sin ella
solo por haberla conocido. (El Quijote, II, 72)
En Barcelona es
acogido con un gran recibimiento. Es allí donde amo y escudero ven por primera vez un
amanecer sobre el mar y disfrutan de la
madrugada del día de San Juan. En el puerto de Barcelona Don Quijote visita las galeras donde es recibido con salvas y otros honores. En ese lugar vive también el episodio de Ana Félix y
su padre, con una aventura sobre el mar en que persigue un bergantín de corsarios de argelinos.
Y, finalmente, en la playa de Barcelona es
vencido por el caballero de la Blanca Luna, lo que le obliga a volver a su
aldea y renunciar a la aventura caballeresca.
Ilustración de Mingote en la edición de Martín de Riquer |
Dice Cervantes de
su impresión al ver el mar:
Parecióles
espaciosísimo y largo, harto más que las lagunas de Ruidera, que en la Mancha
habían visto. El Quijote, II, 61.
Estos capítulos barceloneses podrían constituir por sí mismos una pequeña novela quijotesca. Pero Cervantes no solo habla de Cataluña y los catalanes en El Quijote.
En una de las Novelas Ejemplares, las Dos
doncellas, novela que tiene como fondo a Barcelona, incluye estas palabras:
Admiróles
el hermoso sitio de la ciudad y la estimaron por flor de las bellas ciudades
del mundo , honra de España, temor y espanto de los circunvecinos y apartados
enemigos, regalo y delicia de sus moradores, amparo de los extranjeros, escuela
de la caballería, ejemplo de lealtad y satisfacción de todo aquello que de una
grande, famosa y rica y bien fundada ciudad puede pedir un discreto y curioso
deseo.
En el parque de Cervantes, Barcelona |
Y en su obra póstuma, el Persiles, se lee:
Los corteses catalanes,
gente enojada, terible, y pacífica, suave; gente que con facilidad dan la vida
por la honra y por defenderlas entrambas se adelantan a sí mismos, que es
como adelantarse a todas las naciones
del mundo.
En fin, que si Don Quijote pudiera conocer los hechos recientes (8/6/2018) en los que, en un ámbito universitario, unos intolerantes, agrediendo con palabras y hechos, han impedido realizar un acto sobre Cervantes y tachado de fascistas a los asistentes, volvería a
Barcelona para desfacer entuertos y
presentar batalla contra este conjunto de malandrines que de esta manera tan ignominiosa desprecian a su creador. Y desearía que resonaran en sus oídos estas palabras:
De gente bien nacida es agradecer los beneficios que reciben, y uno de
los pecados que más a Dios ofende es la ingratitud. El Quijote, I, 22.
Capítulo traducido al catalán dentro de la obra: El Quijote universal siglo XXI |
Muy bueno.
ResponderEliminarGracias.
EliminarMuy acertado y clarificador
ResponderEliminarMuy, muy interesante y oportuno.
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