martes, 22 de febrero de 2022

De patos y monjas, 22-02-2022

Foto de uso gratuito de Pixabay.com

         


La fecha de hoy es curiosa, pues repite seis veces el número dos y dos veces el número cero: 22-02-2022. Brillan, pues, en ella,  como nunca, "los dos patitos", repetidos en dos parejas, cruzando el estanque de este mes de febrero, o esas seis monjas   arrodilladas, que  no en vano estamos en el mes expiatorio o de la purificación, nombre derivado de februārǐus mensis, mes (mensis) relacionado con (–arius)  februa o fiestas de la expiación.

 


El dos, tanto  número cardinal como ordinal, está presente en algunos dichos de la lengua coloquial. El dos  tiene  suerte  porque no está tan solo como la una, pero puede ser peligroso, si se refiere a una casa con dos puertas, que siempre es difícil de guardar, o desagradable, si se trata de nadar entre dos aguas, especialmente si los interlocutores tienen segundas intenciones. Pero en ese caso también podemos optar por tomar el dos y dejar a los interlocutores con uno o varios palmos de narices. Este ordinal también nos hace ser reticentes ante las cosas de segunda mano.


Cada dos por tres este número opta por presentarse en pareja, de dos en dos, por partida doble o haciendo doblete, como Pili y Mili  o la parejita que los padres desean siempre tener. Pero, tan real  como dos y dos son cuatro,  no siempre todas las  parejas nos son propicias, especialmente la pareja de la Guardia Civil,  si  cometemos una infracción de tráfico.


Sin embargo, hay personas que no encuentran fácilmente pareja y siempre  se quedan a dos velas. Y las dos velas pueden ser peligrosas si nos colocamos entre ambas, pues, a la primera de cambio, caen sobre nosotros y podemos quedar entre dos fuegos, que   son como  dos caras de la misma moneda. Pero, aunque velas y fuegos se parezcan como  dos gotas de agua, no debemos preocuparnos, porque el agua apaga el fuego. Y si no es así, siempre quedará echarle a la cosa dos cojones, pues parece que en ellos reside la fuerza y la valentía necesarias para vencer cualquier situación arriesgada.


En cualquier caso,  no nos  gusta ser  platos de segunda mesa, porque nunca  segundas partes fueron buenas. También tenemos  que evitar las armas de doble filo y procurar salir airosos de las situaciones comprometidas, para no tropezar dos veces en la misma piedra.  Y si la piedra es alguien que nos molesta porque no tiene dos dedos de frente, ¡que le den dos duros! La clave está en solucionar los problemas que se nos presenten en un dos por tres y, luego, ¡a vivir que son dos días!, según recomendaba el carpe diem latino.


El dos tiene a veces resonancias artísticas, porque los dúos han proliferado en el mundo del espectáculo y en la literatura: dúos-personaje y dúos-persona. Muchos nos vienen a la memoria en distintas manifestaciones artísticas: en el mundo del cómic, Mortadelo y Filemón; en el del cine, imposible olvidar, por ejemplo, al Gordo y al Flaco; en el de la música, Amistades Peligrosas.  ¡Y nuestro dúo literario preferido: don Quijote y Sancho! A veces también oímos duetos, con voces en vivo o, de manera más esotérica, acoplando la  voz de un vivo  a la voz de un muerto. ¡Qué cosas tiene la técnica moderna! 


El dos, como ordinal,  sirve para marcar  grados de parentesco. Hablamos de tíos segundos, primos segundos, segundo grado de consanguinidad. Y también marca  cortas distancias, ya que cuando algo está cerca siempre se encuentra a dos pasos y, además, podemos llegar en dos patadas. Claro que ¡a saber cómo se miden los pasos! Pero a dos pasos o más, ya   que vamos al lugar,  aprovechamos y matamos dos pájaros de un tiro. Y siempre hay que tener cuidado con los que actúan con segundas (intenciones).


Dentro del mundo del boxeo, en la expresión segundos fuera, el ordinal no señala el tiempo, sino que   los ayudantes (segundos) de los boxeadores deben abandonar el cuadrilátero, porque va a comenzar el combate.


Pero no hay dos sin tres, así que en pocos días vendrá marzo y unos meses después, 2023, y con él los  “dos patitos” tendrán que nadar por separado, pero algunas "monjas" seguirán arrodilladas. Siempre habrá algo que expiar...



El contenido de este artículo está tomado de mi libr

Palabras hilvanadas. El lenguaje del menosprecio. 

Editorial Lobo Sapiens, 2021 

 

 

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