martes, 17 de abril de 2012


     De colorido leonés: catarros leoneses

   Con la friura que en estos días se siente por las tierras leonesas y la tafarada nauseabunda que inunda la capital del antiguo Reino, será inevitable que llegue algún andancio que vaya acompañado de calentura alta y que provoque en los pacientes tembluras y estremezones.

  Cuando el catarro ataca a los leoneses nos produce una tosedera persistente, refervedera en el pecho, picacadera del gañato, y no podemos evitar esperriar. Nos duelen los remos, el cogote y las vidayas. De nuestra nariz empieza a manar la moquita, que, poco a poco, se transforma en una espesa moquera. Para evitar que se nos caiga de la nariz de manera inoportuna, cuando no tenemos moqueros, sorniamos; pero los niños, que no saben sonarse la mocada que tapa sus vías nasales, dejan que esta cuelgue y alumbre sus caras con unas luminosas velas y candelas, que, una vez secas, se convierten en cascarrias.
Pero si el catarro se resiste, siempre nos quedará un buen fervidu de leche cocida con miel y orujo. ¡Salud!
Margarita Álvarez

2 comentarios:

  1. Desde Riello...Margarita Álvarez, nuestra ENHORABUENA por este blog...(éxito seguro)
    Un fuerte abrazo "omañés"

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  2. Bienvenida al mundo bloguero. Saludos desde el Instituto de Estudios Omañeses.

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La Recolusa de Mar por Margarita Alvarez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.