Cuando presenté mi libro, también estuvo presente Cervantes, en estas palabras:
Cuando leí El Quijote por primera vez me sorprendieron las palabras de Cervantes en que decía que el mayor pecado del ser humano es la ingratitud: La ingratitud es hija de la soberbia, asegura el autor. Quiero reproducir parte de sus palabras:
Los pecados mayores que los hombres cometen, aunque algunos dicen que es la soberbia, yo digo que es el desagradecimiento, ateniéndome a lo que suele decirse: que de los desagradecidos está lleno el infierno. (De) Este pecado, en cuanto me ha sido posible, he procurado yo huir desde el instante que tuve uso de razón; y si no puedo pagar las buenas obras que me hacen con otras obras, pongo en su lugar los deseos de hacerlas, y cuando estos no bastan, las publico; porque quien dice y publica las buenas obras que recibe, también las recompensará con otras, si pudiera… (…) Yo, pues, agradecido (agradecida) a la merced que aquí se me ha hecho, no pudiendo corresponder (en) a la misma medida, conteniéndome en los estrechos límites de mi poderío, ofrezco lo que puedo y lo que tengo de mi cosecha. 'Don Quijote', (II, 58).
Yo, como Cervantes, me siento agradecida a mis raíces leonesas, que me han hecho ser como soy y, por ello, ofrezco lo que tengo de mi cosecha y devuelvo mi gratitud a aquella tierra en este libro: El habla tradicional de la Omaña Baja, con mi deseo de que preste mucho a todos los lectores y de que estos sepan disculpar los errores o inexactitudes que contenga.
Gracias a todos.
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