domingo, 7 de junio de 2020

En tiempos de infodemia


 Pincelada lingüística... Y más

Maldita.es



Al lado de tantas palabras que la pandemia de la Covid-19 ha aportado a nuestro bagaje lingüístico, empieza a difundirse otra más: la infodemia.

La Fundéu (Fundación del Español Urgente), asesorada por la RAE,  dice al respecto lo siguiente: “La Organización Mundial de la Salud (OMS) emplea desde hace tiempo el anglicismo infodemic para referirse a un exceso de información acerca de un tema, mucha de la cual son bulos o rumores que dificultan que las personas encuentren fuentes y orientación fiables cuando lo necesiten”.

En el caso de infodemia es un neologismo válido tanto si se considera un acrónimo formado por parte de dos palabras: información y epidemia, como si es un resultado de la adaptación del anglicismo.  Por ese motivo, según la Fundéu, no es necesario escribirlo en cursiva ni con comillas. A lo largo de estos meses se ha pasado de la intoxicación informativa individual infoxicación a la  epidemia informativa colectiva: infodemia (mantego la cursiva por destacar las palabras).

Ante una sociedad ansiosa por recibir información están proliferando muchas noticias falsas de todo tipo, que consumimos y difundimos con fruición, sin darnos cuenta de que caemos en la trampa del bulo.

Las hay de todo tipo. Noticias falsas como declaraciones puestas en boca de  prestigiosos premios Nobel que nunca salieron de  su boca, remedios estrambóticos y medicinas milagrosas que supuestamente curan  la infección,  montajes de vídeos de todo tipo con imágenes que en muchos casos ni se corresponden al tiempo ni al lugar en que supuestamente se sitúan, noticias sobre el origen y la causa de la pandemia, la noticia de que correos  cobraba 1,50 € por desinfectar los paquetes (para hacerse con los datos de las tarjetas de los que cayeran en la trampa), informaciones falsas  o tendenciosas que atañen a  distintas autoridades de cualquier signo político y que tienen fines maliciosos, por ser mentiras  o frases sacadas de contexto, datos que "faltan a la verdad" o  son confusos y que nos proporcionan las propias autoridades sanitarias... Y un largo etcétera.

Uno de los medios que más ha contribuido a la difusión de bulos  ha sido Whatsapp. Información que nos llega y a golpe de un marcar y enviar mucha gente difunde y hace circular sin molestarse previamente en mirar si esa información la han publicado medios informativos españoles o extranjeros medianamente serios. En otros casos Facebook, Twiter… han hecho la misma función.

Es fácil comprobar  cómo en muchas ocasiones se difunde en las redes una noticia con un titular que tiene gancho por ser morboso, alarmisma,   o por conllevar  una determinada intención política, y quien la difunde no se ha molestado en abrir el texto y ver que la noticia es antigua y no tiene nada que ver con algo actual, o bien el difusor ha tratado de confundir conscientemente con  mala  intención. 

No faltan tampoco los listos de turno que hablan de oídas y son capaces de poner en tela de juicio criterios de científicos acreditados y, además pontifican con sus opiniones  y se permiten el lujo llamar  ingenuo, o incluso ridiculizar,  a aquellos que los contradicen o muestran escepticismo.  Y estos “listos” van desde  políticos  muy conocidos en la política internacional y nacional  a cualquier otro sabio de pacotilla.

Es verdad que la ciencia avanza y lo que es un argumento válido hoy, puede no serlo más adelante, porque un nuevo descubrimiento  nos pone ante algo que era   desconocido. En el caso de este coronavirus casi todo era desconocido y hasta la ciencia ha tenido que avanzar con la prueba ensayo y error. Y lo peor es que  a veces se llega a desacreditar no solo la formación   de las personas  que trabajan denodadamente  luchando  contra la pandemia , sino que se va más allá y se desacredita a su persona  de forma variopinta, usando los poco éticos argumentum ad hominen (argumento contra la persona).

Todos estos bulos e informaciones sesgadas alarman,  irritan  sin necesidad o crean falsas esperanzas en un tiempo en que lo que menos necesita la sociedad es la decepción, la tensión o la crispación. Y tienen especial eco  en tiempos de miedo e inseguridad cuando  la gente necesita más confianza y esperanza.

De vez en cuando es muy interesante darse una vuelta por esos medios que se dedican a detectar manipulaciones informativas. Entre ellos, solamente Maldita.es, que se dedica a contrastar información, ha localizado,  analizado  y publicado  en un artículo 572 (en este momento ya serán más) bulos sobre la pandemia.


Otro medio que hace un trabajo similar  es Newtral.es. Y hay otros medios informativos que también tratan de descubrir los bulos contrastando información.


Nos sorprenderemos de tantísima información que nos ha llegado y que se ha podido demostrar que eran simples bulos. 

Por eso, estaría bien que leyéramos las informaciones que nos llegan con sentido crítico y sin prejuicios, porque algunas las desmonta el mero sentido común o un mínimo contraste de esa información. Y estaría mejor que no fuéramos correa de transmisión de esos bulos. En este caso no se trata solo de tener distinto criterio, opinión o  ideología, está  por  medio la salud. Y los bulos que juegan con la salud son especialmente peligrosos.



Maldita.es





 Y más... Y más...


4 comentarios:

  1. Es la pura verdad Margarita, estamos siendo intoxicados desde todos los ámbitos, lamentablemente, un abrazo y gracias por tu artículo.

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    1. Nos vamos a tener que vacunar también contra la intoxicación informativa.

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  2. Me indignan las informaciones falsas o poco veraces utilizadas para desprestigiar o confundir, y mucho más en estos días, en los que se han multiplicado, porque como bien dices, es la salud lo que está en juego. Gracias.

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La Recolusa de Mar por Margarita Alvarez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.