Pincelada lingüística... Y más
Maldita.es |
Al
lado de tantas palabras que la pandemia de la Covid-19 ha aportado a nuestro
bagaje lingüístico, empieza a difundirse otra más: la infodemia.
La
Fundéu (Fundación del Español Urgente), asesorada por la RAE, dice al respecto lo siguiente: “La
Organización Mundial de la Salud (OMS) emplea desde hace tiempo el anglicismo infodemic para referirse a un exceso de
información acerca de un tema, mucha de la cual son bulos o rumores que
dificultan que las personas encuentren fuentes y orientación fiables cuando lo
necesiten”.
En el caso de infodemia es un neologismo válido tanto si se considera un
acrónimo formado por parte de dos palabras: información y epidemia, como si es
un resultado de la adaptación del anglicismo.
Por ese motivo, según la Fundéu, no es necesario escribirlo en cursiva
ni con comillas. A lo largo de estos meses se ha pasado de la intoxicación
informativa individual infoxicación a
la epidemia informativa colectiva: infodemia (mantego la cursiva por
destacar las palabras).
Ante una sociedad ansiosa por recibir información están proliferando
muchas noticias falsas de todo tipo, que consumimos y difundimos con fruición,
sin darnos cuenta de que caemos en la trampa del bulo.
Las
hay de todo tipo. Noticias falsas como declaraciones puestas en boca de prestigiosos premios Nobel que nunca salieron
de su boca, remedios estrambóticos y medicinas
milagrosas que supuestamente curan la
infección, montajes de vídeos de todo
tipo con imágenes que en muchos casos ni se corresponden al tiempo ni al lugar
en que supuestamente se sitúan, noticias sobre el origen y la causa de la
pandemia, la noticia de que correos cobraba
1,50 € por desinfectar los paquetes (para hacerse con los datos de las tarjetas
de los que cayeran en la trampa), informaciones falsas o tendenciosas que atañen a distintas autoridades de cualquier signo
político y que tienen fines maliciosos, por ser mentiras o frases sacadas de contexto, datos que "faltan a la verdad" o son confusos y que nos proporcionan las propias autoridades sanitarias... Y un largo
etcétera.
Uno de
los medios que más ha contribuido a la difusión de bulos ha sido Whatsapp. Información que nos llega y
a golpe de un marcar y enviar mucha gente difunde y hace circular sin molestarse
previamente en mirar si esa información la han publicado medios informativos
españoles o extranjeros medianamente serios. En otros casos Facebook, Twiter…
han hecho la misma función.
Es fácil comprobar cómo en muchas ocasiones se difunde en las redes una
noticia con un titular que tiene gancho por ser morboso, alarmisma, o por conllevar una determinada intención política, y quien la
difunde no se ha molestado en abrir el texto y ver que la noticia es antigua y
no tiene nada que ver con algo actual, o bien el difusor ha tratado de confundir
conscientemente con mala intención.
No faltan tampoco los listos de turno que
hablan de oídas y son capaces de poner en tela de juicio criterios de
científicos acreditados y, además pontifican con sus opiniones y se permiten el lujo llamar ingenuo, o incluso ridiculizar, a aquellos que los contradicen o muestran escepticismo. Y estos “listos” van desde políticos
muy conocidos en la política internacional y nacional a cualquier otro sabio de pacotilla.
Es
verdad que la ciencia avanza y lo que es un argumento válido hoy, puede no serlo
más adelante, porque un nuevo descubrimiento
nos pone ante algo que era
desconocido. En el caso de este coronavirus casi todo era desconocido y
hasta la ciencia ha tenido que avanzar con la prueba ensayo y error. Y lo peor es
que a veces se llega a desacreditar no
solo la formación de las personas que trabajan denodadamente luchando
contra la pandemia , sino que se va más allá y se desacredita a su persona de forma variopinta, usando los poco éticos argumentum ad hominen (argumento contra la persona).
Todos
estos bulos e informaciones sesgadas alarman, irritan sin necesidad o crean falsas esperanzas en un
tiempo en que lo que menos necesita la sociedad es la decepción, la tensión o la
crispación. Y tienen especial eco en
tiempos de miedo e inseguridad cuando la
gente necesita más confianza y esperanza.
De vez
en cuando es muy interesante darse una vuelta por esos medios que se dedican a
detectar manipulaciones informativas. Entre ellos, solamente Maldita.es, que se
dedica a contrastar información, ha localizado, analizado y publicado
en un artículo 572 (en este momento ya serán más) bulos sobre la
pandemia.
Otro medio que hace un trabajo similar
es Newtral.es. Y hay otros medios
informativos que también tratan de descubrir los bulos contrastando
información.
Nos sorprenderemos de tantísima
información que nos ha llegado y que se ha podido demostrar que eran simples
bulos.
Por eso, estaría bien que leyéramos las informaciones que nos llegan con
sentido crítico y sin prejuicios, porque algunas las desmonta el mero sentido
común o un mínimo contraste de esa información. Y estaría mejor que no fuéramos
correa de transmisión de esos bulos. En este caso no se trata solo de tener
distinto criterio, opinión o ideología,
está por medio la salud. Y los bulos que juegan con la
salud son especialmente peligrosos.
Maldita.es |
Es la pura verdad Margarita, estamos siendo intoxicados desde todos los ámbitos, lamentablemente, un abrazo y gracias por tu artículo.
ResponderEliminarNos vamos a tener que vacunar también contra la intoxicación informativa.
EliminarMe indignan las informaciones falsas o poco veraces utilizadas para desprestigiar o confundir, y mucho más en estos días, en los que se han multiplicado, porque como bien dices, es la salud lo que está en juego. Gracias.
ResponderEliminarGracias a ti por tus comentarios.
Eliminar