viernes, 7 de enero de 2022

"Palabras hilvanadas. El lenguaje del menosprecio", por Ana González Sánchez

 

La autora de  esta reseña y  recomendación lectora sobre el libro Palabras hilvanadas. El lenguaje del menosprecio, que se incluye a continuación, es Ana González Sánchez, filóloga  y profesora de Lengua y Literatura.

Para ella, mi gratitud.


LECTURA RECOMENDADA PARA EL 2022:


Palabras hilvanadas. El lenguaje del menosprecio, editorial Lobo Sapiens, León, 2021. 476 páginas.


Margarita Álvarez Rodríguez, filóloga y autora del libro, me ha hecho partícipe de esta importante obra de divulgación perteneciente al ámbito de la sociolingüística y que entra de lleno en el terreno de la comunicación, donde emisor y receptor son claves para la interpretación de todas las palabras y expresiones que aparecen en el libro.

¿Por qué yo recomendaría la lectura de Palabras hilvanadas. El lenguaje del menosprecio?

Es una obra que refleja la forma de ser y de vivir de los españoles a través del lenguaje  y que abarca muchas ramas del saber: la religión, el sexo, la música, la geometría, la literatura, el comportamiento…, incluyendo palabras en uso y en desuso.

El término palabra es un hiperónimo y, como tal, hay “palabras preñadas”, palabras que “alumbran sorpresas”, palabras traviesas y que no quieren salir y que las tienes “en la punta de la lengua”, “palabras cruzadas”, como las de los crucigramas, charlatanes que cogen la palabra y no la sueltan… Y algunas hasta  pueden llegar a ser “palabra de Dios”.

¿En qué se fija uno cuando decide leer un libro?

Te puedes sentir atraído por una portada sugerente o por  las críticas que autores reconocidos y expertos en materia lingüística y sociolingüística han realizado sobre esta obra,  como la del académico de la RAE D. José María Merino o  la del antropólogo D. Carlos Junquera (autor del prólogo) y, cómo no, por  la  intención que la propia autora manifiesta en las Palabras previas de  su libro.

LA PORTADA

Hay que entender el sentido simbólico desde la portada, donde una simple aguja enhebrada es símbolo y metáfora de la conexión entre las letras y las palabras, que, por sí solas, pueden transmitir múltiples significados.

EL SUBTÍTULO y EL INTERIOR

¿Por qué lenguaje del menosprecio?

La autora, a lo largo de los más de 50  apartados, nos presenta expresiones que hablan del menosprecio, llamadas también disfemismos, y que también tienen ese carácter simbólico o connotativo dependiendo del origen etimológico, como, por ejemplo,  “histeria”, del griego “hystera”, que significa útero y que desde Hipócrates iba ligado a la insatisfacción sexual; de la localización geográfica,  como “filibustero”, pirata que en el s. XVII actuaba en el mar de las Antillas; de origen étnico, como “gitano”, asociado con el ladrón  (léase “La gitanilla”, de Cervantes, en que  la autora ya recoge connotaciones negativas).

Por ejemplo, en el capítulo 7, podemos leer algunas como “hacer el indio”, “trabajar como un chino”, “ser un panchito”, cuyo carácter peyorativo depende muchas veces de la intencionalidad del hablante, del tono en que se digan y de cómo lo perciban los interlocutores, que para mí es la clave para hablar o no de menosprecio.

En el capítulo 5, titulado “Del carácter y el comportamiento”, la estupidez se asocia con “el pedorro, el sosaina, el zopenco…”. Margarita Álvarez  aporta más de 250 sinónimos de tonto y unas cuantas expresiones más con el mismo significado.

Algo muy curioso en Palabras hilvanadas, en el capítulo relacionado con expresiones sobre la propia lengua, es cómo juega con el sentido de las letras, la simbología de las mayúsculas, aplicada por ejemplo a las tallas de la ropa. Una “x o X” puede significar desde una incógnita, una talla de ropa grande si la unes a la “L”, la “XL”, o el mes ”X”, utilizado en las fechas para el mes de octubre. O lo referido al alfabeto, los signos de puntuación y su combinación para formar emoticonos, la virgulilla de la eñe, a la que dedica unos curiosos octosílabos que aluden al temor de que se perdiera para nuestro idioma a causa de la universalización de los teclados de los ordenadores.

“Celebras ser española, / y tañer las castañuelas… / Te necesitamos eÑe… / eñe de niña y pestaña... / Mientras lo español exista, / tu vida será halagüeña... / eres su santo y su seña".

 ¿Cómo abordar la lectura del Libro?

Quizás de una forma aleatoria, porque leas de principio a fin, empieces por el medio o por el final…, nunca perderás el hilván.

Las palabras por sí solas tienen un significado positivo, denotativo: "sota, cardo" y adquieren significado peyorativo cuando se alude, por ejemplo, al carácter de las personas “ser una sota, un cardo”, o  a metáforas zoomorfas en el capítulo 15: “ser un bicho raro”, “a cara de perro”,  “saltar la liebre”…

En  Palabras finales, la autora reflexiona sobre la convivencia de las palabras y dice: "… se mezclan en ese baúl palabras diversas que intentan convivir amistosamente, aunque.… no siempre sea fácil. Se producen roces… entre la humildad y la soberbia… la paz y la guerra… el amor y el odio… Y tantos y tantos antónimos…" y destaca como palabra especial, que contrasta con la falta de entendimiento de las anteriores, la palabra “concordia”, que significa “con corazón” y que refleja el deseo de armonía entre todos a través de la buena comunicación, del diálogo y de las buenas palabras… Porque los seres humanos, como la autora dice: "Somos a través de las palabras".

¿Qué más razones hay para leer Palabras hilvanadas. El lenguaje del menosprecio?

Un motivo esencial para leer este libro es que, a medida que vas avanzando en la lectura de los capítulos, te encuentras con una cantidad de citas literarias impresionante que te invitan a leer todos los libros de los que proceden, porque no se trata solo de identificar el lenguaje del menosprecio en Palabras hilvanadas, sino de reconocer a una Madame Bovary, a una Ana Karenina, a un Huckleberry, etc.

Palabras hilvanadas. El lenguaje del menosprecio es una grandísima fuente de información y de erudición, una obra ingente que no solo nos enseña cosas y nos refresca la memoria, sino que además nos hace pensar y nos divierte al  recrear miles de expresiones  del lenguaje coloquial, porque, como decía Larra: "Hay en el lenguaje vulgar frases afortunadas que nacen en buena hora y se derraman por toda una nación…".

Termino con “un silencio elocuente”, silencio que es un acto de apoyo a Margarita, a la vez que de agradecimiento, por haber compartido con todos nosotros el trabajo de muchos años y que, en parte, había publicado periódicamente a través de su blog De la palabra al pensamiento (www.larecolusademar.com).


 Ana González Sánchez


Contraportada



Margarita Álvarez Rodríguez, autora del libro.


Otras reseñas de la obra:

Reseña de Manuel Cuenya en el diario La Nueva Crónica

Reseña de Alicia López Martínez

Reseña de Antonia Álvarez Álvarez

Reseña de María José Prieto Vázquez

 

    

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La Recolusa de Mar por Margarita Alvarez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.