Pregón pronunciado por Margarita Álvarez Rodríguez (profesora del Colegio Santo Domingo Savio de 1976 a 2017), con motivo de los actos de celebración del 75 aniversario de la creación de esta Obra.
Madrid, 21 de enero de 2022
No es posible un trabajo educativo sin esta maravillosa motivación, este estupendo camino que es la alegría. San Juan Bosco.
Por la alegría, a la alegría
De
esta casa salesiana,
con
larga vida detrás,
de
sus trabajos y logros,
aquí
queremos hablar.
Por
eso a estas palabras
nuestro
pregón seguirá,
que
proclame aniversario,
que
vamos a celebrar…
75 ANIVERSARIO, porque 75 años se van a cumplir desde aquel febrero de 1947 en que don Rómulo Piñol llegó a este barrio como capellán de las Salesianas de la calle Emilio Ferrari. Ellas lo animaron a ocuparse de aquellos grupos de chicos que vagaban por este lugar sin rumbo. Volvamos la vista a aquel pasado lejano y a aquel descampado en el que
entre vacas y caminos,
entre barro y entre cardos,
en el hambre y la negrura
de un Madrid atribulado,
corrían unos chavales
con un futuro
velado…
Primera mirada (años iniciales)
Aquí a mano tenemos un maravilloso catalejo. Cojámoslo y dirijámoslo 75 años atrás… Ya está enfocado… Entre cardos y arbustos vemos, aquí y allá, cómo aparecen algunos chicos que corren, gritan, se pelean y alguno, tal vez, maldice su suerte. También vemos llegar a un intrépido sacerdote salesiano, de unos 30 años, con su sotana hilvanada de sueños. Parece que es de origen catalán y que se llama Rómulo Piñol. Su dinamismo y su arrojo le impiden darse cuenta de que en este momento las sotanas inspiran respeto y temor, pero difícilmente afecto.
El barrio lo recibe como una bendición, porque, por fin, llega hasta aquí alguien que cree en los sueños y puede orientar a estos chavales que carecen de proyecto vital. Un grupo de ellos comienza a estar a su lado este segundo domingo del mes de julio de 1947, cuando, al acabar la misa, les cuenta una historia. Una historia que los atrapa. Así nace un lugar de educación, de acogida, de afectos: el llamado Oratorio festivo del Venerable Domingo Savio. Lo inauguran el 15 de agosto en un pequeño solar. Nuestro catalejo nos deja ver nítidamente a doce muchachos, que no tienen futuro, porque les han robado el presente; doce chicos, como doce apóstoles, que son arrastrados por las palabras amables de don Rómulo, por su entusiasmo, por su vida… Y por unos balones de trapo inflados con el viento de las ilusiones, unos balones que son como el símbolo del mundo, de un mundo con muchos jirones, pero de un mundo que podrían coser y llegar a amar.
A
través del catalejo, seguimos a Don Rómulo,
que, con su sotana arremangada hasta las rodillas y atada con una cuerda
de esparto, con gesto decidido, recorre
los solares próximos buscando a chicos
para sus equipos. Su cara rezuma
bondad, alegría, ilusión… No se cansa.
La mies es mucha…
La luz
veraniega se va tiñendo de color otoñal y entre las hojas doradas vemos a un grupo ya
numeroso. Contamos 70… Tal vez 80... Se
mueven con bullicio, con alegría… Y vienen hasta aquí porque saben que hay un
sacerdote que los ama y sabe gastar
horas y horas para hacerlos felices. Para
él educar es cosa del corazón y el patio
es su biblioteca y su cátedra.
Y es
que a este sacerdote y a sus catequistas un Juan Soñador, inspirado en la
dulzura de san Francisco de Sales, les ha
prestado las alas. Y están seguros de que con esas alas volarán lejos.
No tienen terreno, no tienen edificio, no tienen aprobación de las autoridades, pero nada es
imposible iniciado ya el vuelo. Y los salesianos saben mucho de sueños, de
alegría. Y saben cómo compartirlos.
En un barracón traído del puerto
de Bilbao, con ayuda
de bienhechores, en 1948 comienzan las clases para niños a
partir de siete años. Y para que esta Obra se parezca más a la de Don Bosco,
don Rómulo va a tener a su mamá Margarita, en su madre, Teresa, y a su Domingo Savio, en la persona del
preadolescente Paquito Pulido, que muere en 1950. Tendiendo un poco la vista
hacia adelante, vemos que en 1953 se comienza a edificar
parte de lo que será el complejo actual y llega la primera comunidad salesiana.
El llamado ahora Oratorio del Beato Domingo Savio se inaugura, de manera oficial, el 31 de enero de 1954. Y, a partir de entonces, el proyecto de aquellos salesianos crece y
crece…
Segunda mirada (años de la Transición)
Parece que
nuestro catalejo se empaña. Tras su cristal oscurecido pasan
los días de más de 25
años… Al limpiarlo y enfocarlo de nuevo, vemos cómo se van borrando las
imágenes anteriores y aparecen otras más modernas. Un calendario de María Auxiliadora que cuelga en
una pared nos sitúa en 1976. Estamos en tiempos de incertidumbre y de esperanza. Las
llamadas ahora Escuelas Salesianas Santo
Domingo Savio han crecido mucho y están ubicadas en una calle que se llama, desde 1964, Santo Domingo Savio.
Observemos cómo entran y salen los
alumnos… Queremos contarlos: cien, doscientos, quinientos, mil… Perdemos la cuenta… ¡Pero solo vemos chicos! Chicos que ya no llegan con una enciclopedia
y un cabás, sino con
sus mochilas a la espalda, cargadas de libros y de ilusiones.
Época de zapato y pantalón campana |
De aquellos chicos que iban en alpargatas, a
estos que van con zapatos y con pantalones campana. Donde estaban aquellos
cardos, han crecido los postes que sustentan las canastas; donde estaban
aquellas piedras en que tropezaban los chicos de don Rómulo, se han levantado
los muros sólidos de varias edificaciones; donde había prados embarrados, ahora
hay un patio hormigonado; donde había unas pelotas de trapo, ahora botan balones de tipos
diversos…
En los patios y el campo de fútbol compiten los equipos del Club Deportivo DOSA, un club abierto al barrio, que se crea en 1965, aunque, en realidad, existían equipos DOSA desde los años 50. Prestemos atención: parece que oímos las voces de Vitorino del Álamo, animando a sus jugadores de voleibol. Oímos también música, risas y aplausos que proceden del salón de actos; ruidos y gritos de la sala de juegos…
Vitorino y su equipo de voleibol |
Están cambiando muchas cosas, pero los espacios salesianos siguen llenos de alegría. Ya se ha celebrado el 25 aniversario de la Obra. Dos recuerdos lo atestiguan: una placa dedicada a don Rómulo y, en medio del jardín, un monumento a santo Domingo Savio, nuestro santo, ese adolescente, canonizado en 1954, que hacía consistir la santidad en la alegría.
Nuestra
mirada se dirige ahora a una antigua y
amplia aula de dibujo, escondida en el primer piso,
que se ha transformado en iglesia
y convertido en la Parroquia de
Santo Domingo Savio, en 1967. Es austera, pero desarrolla una gran actividad pastoral y
social en el barrio. Con niños, con adultos, con ancianos… Es la casa de todos. En ella aún
resuenan las palabras de don Modesto Conde Bustillo y el recuerdo de sus buenas obras.
Soñaba
don Rómulo con un pequeño oratorio y aquí vemos una gran obra. Sus sueños se
han convertido en realidad. Muchas y luminosas aulas… Laboratorios… Amplios y
bien dotados talleres de Formación Profesional. Una cafetería como lugar de encuentro y de
bocadillo. Y, siempre, el trabajo
silencioso de mucha gente…
Desde
la calle nos llega un canto: “Libertad,
libertad, sin ira, libertad”. Por aquí dentro
anda ahora un director, Javier Serna, que
está dispuesto a “romper las costuras de
un tiempo viejo” (Fco. Rodríguez del Coro). ¡Con qué ilusión cada sábado
personas de la casa y del barrio llenan el salón de actos para disfrutar del innovador
cinefórum que con tanto mimo prepara! Otra gran proyección al barrio de esta obra salesiana.
Curso 1977-78. Don Javier Serna (director), primero por la izda, don Blas Martín, de pie al lado de la pared, y otros profesores. |
Se
habla de transición. Transición en la política, en la música, en la vestimenta
(de la sotana a la ropa de calle), en la educación… Transición en la
forma de dirigir un centro educativo.
Transición de lo masculino a lo femenino (tuve el honor de ser la
primera profesora contratada en enero de 1976).
Las mujeres vamos allanando el
camino… la pedagogía se va modernizando. ¿Pero cuándo llegarán las
alumnas? Aún no podemos vislumbrarlo,
pues nuestro catalejo se vuelve a
empañar…
Tercera mirada (año 2000)
Limpiémoslo
y enfoquémoslo de nuevo. El calendario de María Auxiliadora señala ahora el año 2000.
Con el nuevo año ha llegado la
noticia de la muerte del fundador en Barcelona.
Desaparece don Rómulo, pero su Obra cobra cada vez más fuerza. Dirijamos ahora nuestro catalejo hacia patio… Como siempre hay bullicio. Botan los
balones, se oyen voces… Pero algo sustancial ha cambiado. Observamos a un buen
grupo de chicas que charlan en corro. En
una foto escolar de 1991, expuesta en el pórtico, aparecen como las primeras alumnas de Primaria. Y, ¡oh casualidad!, son doce, como
los primeros doce chicos del año 47. Ahora lo de educar para ser buenos cristianos y honrados ciudadanos hay que hacerlo también en
femenino.
Dirijamos también
el catalejo al interior de un aula. Allí
se encuentra una profesora impartiendo
una clase. Hay cercanía. Chicos y chicas se dirigen a ella por su nombre. Se
mueve entre el alumnado. ¡Ya no hay tarimas! El aspecto exterior de la edificación
no ha cambiado mucho… Pero sí han
cambiado los planes educativos y la organización interna. Se habla de aprender
a aprender. La parroquia continúa con su amplio trabajo pastoral y social. El
Centro Juvenil Savio reúne a los escolares los fines de semana para realizar
actividades lúdicas que prolongan la labor educativa. Vemos también a personas
adultas que asisten a distintos cursos del INEM o de otros organismos. La excelente
Formación Profesional del centro se convierte en un referente para la formación
de desempleados. Se ha creado una bolsa
de trabajo y se incrementa la relación
con las empresas.
Se ha pasado del ciclostil a la fotocopiadora y al ordenador. Y se ha impuesto definitivamente el lenguaje de las siglas.
25 aniversario de la creación del Centro Juvenil Savio (2017). Grupo de animadores |
Cuarta mirada (año 2022)
Y nuestro catalejo vuelve a oscurecerse… ¿Estará fallando? No. Ya vuelve a funcionar, porque vislumbramos nuestro calendario guía, que señala ahora el 21 de enero de 2022. Podríamos parecer ridículos, en la era internet, con este aparato que parece la prehistoria del dron. Pero no. Nuestro catalejo ha sido la mirada de la memoria, de la memoria a pie de Obra. Y aún nos falta echar una ojeada al siglo XXI que ha cambiado mucho esta casa de Santo Domingo Savio. En el patio se ha levantado una nueva iglesia, inaugurada el año 2002. Una iglesia del siglo XXI, luminosa y colorista, con un Cristo que extiende los brazos y tiende las manos, en actitud de acogida, lo mismo que un cuadro de Domingo Savio, el santo adolescente, que también camina hacia nosotros… (Ambos obras de Enrique Herencia, salesiano de la casa). Pero algo sigue allí inmutable: la imagen de María Auxiliadora, porque en una casa salesiana Ella lo ha hecho todo, como decía Don Bosco… Esa imagen de la iglesia y la foto de los calendarios han sido siempre un signo de identidad salesiana.
Iglesia actual |
Y en aquel lejano campo de cardos se ha levantado también un espléndido polideportivo en 2009. Y hay que sumar otras muchas obras de ampliación y reforma. Un pórtico grisáceo se ha llenado de colorines. La ingenuidad, la risa, los juegos de la Educación Infantil nos traen un soplo de aire fresco. Niños que pasarán por Primaria, ESO, Bachiller o FP, que cumplirán en el centro la mayoría de edad y saldrán camino de la Universidad o del mundo laboral. Una larga trayectoria de formación académica y técnica de calidad y certificada, que, completada con una gran formación humana, ha regalado a la sociedad grandes profesionales en campos diversos, incluidos el arte y el deporte. Miles de antiguos alumnos y alumnas que, muchos años después, siguen repitiendo: “Yo estudié en Santo Domingo Savio”. Más de 1400 forman el alumnado actual, atendidos por 130 personas, entre personal docente y de servicios, un capital humano que es un auténtico tesoro en este Colegio Salesiano Santo Domingo Savio. Simbolizando a todas las personas que han participado en esta larga tarea educativa, tenemos la suerte de seguir contando con don Blas Martín, colaborador de don Rómulo y profesor durante muchos años…
En resumen, de aquel pasado de 1947 a este presente de 2022: 75 años. Y siempre transitando por los caminos de la alegría, educando en la fe, para la vida y la ciudadanía: no ha cambiado la esencia. Entonces había esperanzas y sueños; ahora hay esperanzas y sueños… Entonces había una escuela, una iglesia y un hogar; ahora hay un gran centro educativo, una moderna iglesia y, siempre, una actitud de acogida.
Actitud de acogida: 2018, grupo de antiguos alumnos de principios de los años 90 reunidos con motivo de los 25 años de su salida del centro |
Frente a las órdenes religiosas serias, silenciosas… los salesianos nacieron como una orden alegre y de pie de calle, que ha buscado siempre la inserción social de la juventud, desde la cercanía afectiva. Su fundador, san Juan Bosco, un gran pedagogo, es el patrón de toda la Formación Profesional y el inspirador del trabajo de los salesianos. Nadie ha podido crear mejor proyecto educativo que su sistema preventivo: prevenir, no castigar… 75 años aquí, en el barrio de Pueblo Nuevo (Ciudad Lineal), un barrio que no se entendería sin la presencia de los salesianos. Una presencia que va de don Rómulo Piñol a don Manuel de Castro, en la dirección general. Y, en medio, otros muchos directores: Esteban Ruiz, Blas Calejero, Santiago Martínez, Florencio Martínez, Emilio Hernández, Javier Serna, Manuel de Castro (primera etapa), Jesús de Vega, José Sánchez, Mariano Sáez, José Antonio Zazo, Manuel Aparicio, Miguel Sánchez y Esteban Tapia. Presencia que se extiende de Miguel Rivilla, a Álvaro Ginel, en la parroquia. De Luis Díez, a Deogracias González, en el Club Deportivo DOSA. De Julio Díez, a Roberto González, en el Centro Juvenil… Gracias a todos ellos y otros muchos responsables de estas secciones de la Obra, que no citamos por no ser prolijos, estamos celebrando este 75 aniversario. Y gracias también a la labor callada de muchos cientos de seglares, la gran familia salesiana, que han trabajado codo con codo con los religiosos en este lugar, ilusionados por el mismo proyecto.
Unidos, hemos caminado de una ilusión (1947) a una certeza (2022). De la era de la pizarra de losa, a la de la pizarra digital… De las pobres alpargatas, a las deportivas de marca. Hemos viajado del pasado al presente; de un cura con sotana, a muchos religiosos y laicos que siguen trasmitiendo gozo y alegría en educar.
De una ilusión, a una certeza Arriba: años iniciales. Abajo: año 2015 bicentenario nacimiento de Don Bosco |
Con
este pregón iniciamos la celebración
oficial de los actos del 75 aniversario de esta casa, dispuestos a poner en cada uno de ellos empeño e ilusión.
Disfrutemos de ese largo pasado tan fructífero. Disfrutemos de este espléndido
presente. Disfrutemos creando nuevos sueños que proyecten el buen hacer hacia
el futuro. Disfrutemos de todos los actos programados con motivo de este
aniversario. Sigamos caminando por ese
camino que viene de la alegría,
transita por la alegría y va a la alegría. Y guardemos el catalejo de
la memoria, tal vez haya que volver a ponerlo a punto, aunque sea ya un objeto
de museo, cuando se vislumbre el
centenario.
De
años setenta y cinco
hoy
pregonamos la fecha,
revestida
de alegría
para
celebrar la nueva.
Con
un presente brillante
y
un pasado de solera
esta
Obra salesiana
la celebración comienza…
Pregonera: Margarita Álvarez Rodríguez |
Programa actos 75 aniversario |
Cuadro de santo Domingo Savio, conmemorativo del 75 aniversario, colocado en la pared exterior del salón de actos |
Patio. al fondo el pabellón de Infantil y Primaria y polideportivo |
En 2015, con motivo del bicentenario del nacimiento de Don Bosco, don Esteban Tapia,
Hola, Margarita. He leído el Pregón con emoción y, estoy segura, san Juan Bosco estará orgulloso de él. No bien encuentre abierta la parroquia de San Carlos y María Auxiliadora tomaré foto del altar de Domingo Savio, un santo niño muy cercano, que te enviaré. Los Salesianos hacen una obra importantísima en favor de los niños y jóvenes. Aquí los días viernes mis hijas colaboraban en el Oratorio...en fin, que el Instituto María Auxiliadora ha sido su casa desde los cuatro hasta los dieciocho y así habrás visto pasar a tus alumnos... Te mando un abrazo
ResponderEliminarGracias, Nieves, por tus palabras y por formar parte de esa gran familia salesiana. Es verdad que educar con el corazón y hacer consistir la santidad en la alegría como proponía Don Bosco es un gran proyecto educativo que trasciende a ese gran océano que nos separa. Es verdad que los salesianos son una orden de pie de calle, como decía en el texto. Un abrazo desde la alegría.
EliminarBuenas tardes:
ResponderEliminarEncuentro por casualidad este maravilloso blog tuyo, que me emociona por un doble motivo: mi interés por el lenguaje, por las palabras, que son la materia de la que están construidas las ideas (¿De dónde me vendrá la afición?), y por el cariño que me une al Colegio Santo Domingo Savio, al que estuve ligado durante mucho tiempo. Allí pasé todos los años mi etapa escolar, de primaria a bachillerato y unos cuantos más en la Asociación de Antiguos Alumnos, muy activa entonces, dinamizadora del barrio, con el Cine Club, el teatro y los equipos deportivos. Y a dónde, muchos años después, iba a pasear por sus pórticos cuando necesitaba un momento de sosiego y reflexión.
Yo fui, uno de esos chavales que esperaba con emoción la llegada de esa profesora de lengua que, que según nos había adelantado Pepe Gangoso a los más allegados, era listísima y preparadísima. Aunque hay que reconocer que, para unos adolescentes de dieciséis años, que salíamos de una época en blanco y negro, no era un buen curriculum lo que más expectativas generaba.
Muchos años después, mi hija Isabel, también alumna de Sto. Domingo Savio, tenía que preparar una poesía para un trabajo de lengua. Rebuscaba en los libros de casa alguna que pudiera ser adecuada para causar buena impresión. Yo le dije: Escoge la Elegía a Ramón Sijé que con esa tienes ganada a Margarita. ¿Cómo lo sabes? Me dijo. Naturalmente no me hizo caso, como corresponde a la edad. No era mi intención que mi hija jugara con ventaja, sino reconocer de algún modo que, treinta años después, permanecía en mí el recuerdo de la emoción que trasmitías al leernos aquellos versos:
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
No es frecuente que un padre y una hija tengan la misma opinión de algo, pero los dos coincidimos en que fuiste una gran profesora (según me dijo una vez, la mejor que ha tenido).
Yo fui uno tus primeros alumnos, mi hija una de los últimos, Estoy seguro que, entre medias, cientos de alumnos, han quedado impregnados de tu amor a las palabras y a la poesía.
Muchas gracias!
Muchísimas gracias por tus palabras. No te puedo llamar por tu nonbre porque tu comentario aparece como anónimo, Espero que haya respuesta y me lo añadas, porque como se me dieron varios casos de ser profesora de padres y de hijos, puedo confundirte con otra persona. Realmente eso que me dices me emociona. Emocionante es dar clase a dos generaciones de la misma familia y más aún que las dos guarden grato recuerdo. ¡Y qué poco sabía entonces aquella profesora "preparadísima" en relación con lo que fui aprendiendo después en mi larga via profesional! Si dejé amor por las palabras y por la docencia, ya me siento muy gratificada. Me he sentido querida y respetada, y para un docente esos son los mejores regalos... Y mantener amistad personal con muchos alumnos míos de mis comienzos es como algo mágico.
EliminarMe alegro de que te llegaran aquellos versos de Miguel Hernández. En el año 2010, con motivo del centenario, preparamos un recital precioso sobre su poesía... Y muchas generaciones de antiguos alumnos, cuando volvemos a encontrarnos, me recuerdan su curso diciéndome: "Yo soy del recital de...". Y ahí siguen muchos títulos de recitales.
Tu hija y tú habéis sido la apertura y el cierre de mi vida profesional, de una vida enmarcada en los sueños y en la alegría de Don Bosco. Un abrazo a ambos.
Te dejo un correo por si quieres contactar conmigo de forma más personal: margaritadosa@gmail.com
Margarita, muchas gracias por publicarlo.
ResponderEliminarMe emocionó escucharlo el viernes en el acto del colegio. Lo he vuelto a leer aquí, acompañado además de imágenes y de ese vídeo tan emotivo con la presencia de Blas.
Has contado la historia de nuestro colegio con el cariño de quien lo ha conocido muy bien, después de tantos años trabajando para los jóvenes con la pedagogía de Don Bosco.
Nos recuerdas la alegría del camino a los que aún seguimos aquí.
Me traes muchos recuerdos de los años que hemos compartido, los recitales de poesía, tus discursos de despedida en graduaciones o jubilaciones, el compañerismo y la amistad.
Precioso pregón, ¡enhorabuena!
Muchísimas gracias, Ana. Es fácil poner emoción a algo cuando se ha vivido, aunque tabién ha costado darle forma para que rezumase esa vida y emoción. Trabajar mirando en la misma dirección ayuda a crear sueños y a ponerlos en práctica para luego crear los siguientes... Y siempre por el camino de la alegría. Me he llevado mucho de Santo Domingo Savio: educar con el corazón en medio de personas de las que he recibido mucha gratitud y de las que sigo recibiendo amistad y reconocimiento. He aprendido mucho de todos. Un abrazo.
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